Paseaba por el bosque, por la zona de Binixems. Es un buen momento, no hace calor, empiezan a salir algunas setas. Procuro dar estos paseos en días que no hay cazadores, para no importunarlos.
Ya adentrado en el bosque, después de unos veinte minutos andando, me encuentro una televisión y una cerveza al lado. Déjà vu, pensé. Esto lo he vivido antes. Y ciertamente, un par de horas antes, estaba tumbado en el sofá de mi casa, tomando una cerveza y viendo «Saber y ganar».
Después pensé que una televisión en medio del bosque solo podía ser una cosa, ¡existen! los duendes del bosque y a ellos también les gusta la cerveza y los programas de Ana Rosa Quintana. Estas fotos no solo las he enviado a «Es Diari», sino que también a «Cuarto Milenio». Iker Jiménez me ha dicho que vendrá de nuevo a Menorca a investigar la adicción de los duendes a TardeAR y de paso a preguntar a los espíritus del Centro de Salud Verge del Toro, qué les a parecido la reforma.
Bueno, yo al final me he llevado el televisor, porque necesitaba uno para el dormitorio, pero me he dado cuenta que es antiguo y no puedo pillar Netflix, así que lo he tirado al Punt Verd.
Tanto trabajo para nada, eso sí, la cerveza de los duendes me la he bebido.