Mi nombre es Manuel Céspedes Campos, y el pasado día 16 de julio me encontraba de vacaciones en Cala en Porter, donde mi esposa y yo habíamos contratado un paseo en kayak.
Al acceder al agua por la rampa habilitada para ello, mi mujer y yo sufrimos una caída debido a lo resbaladiza que se encontraba por causa de las algas. Como consecuencia, sufrí un fuerte golpe en la espalda del que a día de hoy no me he recuperado aún y que me va a suponer estar de baja durante dos meses. A la entrada de la rampa existe un cartel de aviso, por lo que avanzamos con sumo cuidado, pero aun así la caída se produjo.
En seguida se acercaron los socorristas de la playa, comentando que este tipo de caídas son muy habituales y que hay varias todos los días. Otro señor, que según manifestó trabajaba en la playa, contó que hacía unas semanas se había resbalado igual que yo. Y para colmo, cuando acudí al centro sanitario donde fui atendido, la enfermera afirmó que tienen todos los días varios casos como el mío. En todo momento fui atendido muy amable y profesionalmente por todas las personas que me ayudaron, por lo que quiero manifestar mi más sincero agradecimiento y felicitación.
El motivo de esta carta es mostrar mi indignación al descubrir que nadie hace nada por evitar que se sigan produciendo caídas todos los días y pedir que se lleven a cabo las actuaciones pertinentes para frenar futuros accidentes. Espero que no tenga que ocurrir una desgracia irreparable para que las autoridades competentes tomen medidas al respecto.
Agradezco su atención y reciba un saludo.