Ya tiene unos cuantos años, no es tan viejo me dicen, pero claro, es que le he dado mucha caña.
Lo he llevado al taller y después de una revisión rápida, me han dicho que los faros están muy gastados y los tendrán que cambiar. El chasis está tocado, se puede soldar y aunque no será lo mismo, aguantará unos años más. La chapa debido a las inclemencias del tiempo, está también un poco perjudicada, nada que algo de masilla y pintura no pueda arreglar. Aun así el mecánico me dice que el motor está bastante bien, pero a partir de ahora tendré que hacer revisiones más a menudo.
Si por mí fuera lo jubilaría. Quizás tenerlo para viajes tranquilos, de ocio, disfrutarlo de una manera más relajada y conservarlo así hasta que un día lo dé de baja y lo lleve al desguace.
Pero de momento todo esto es una utopía, porque he ido a la ITV (Inspección Técnica de Vida) y la he pasado. Mi cuerpo operado de cataratas, hernia discal en la espalda y alguna que otra dolencia más, aún es apto para el trabajo, por lo menos diez años más.
Es motivo de alegría tener salud, pero si me toca una lotería, a mi cuerpo ¡Lo jubilo!