TW

De todos los menorquines es conocida la dejadez del Ayuntamiento de Ciutadella con respecto a urbanización Serpentona. En cualquiera de los aspectos en que nos queramos fijar la diferencia entre esta zona residencial y las otras dos urbanizaciones de Cala Galdana, dependientes de Ferreries, es más que dolorosa para sus propietarios y residentes veraniegos.

Como es imposible abarcar todos los aspectos en un solo escrito, voy a centrarme en uno que resulta especialmente llamativo y que no deja de empeorar cada año: el aparcamiento.

No me quejo de la falta de plazas (aunque es evidente que están muy por debajo de las demandadas), porque entiendo que todo tiene un límite y que esta urbanización ya ha superado de sobra un aforo razonable, sino de la falta de control por parte del Ayuntamiento de Ciutadella en esta parte de su término municipal.

Los visitantes y algunos vecinos se abonan al «todo vale» en materia vial: coches aparcados en la acera o en cualquier zona no permitida, invasión de pasos de cebra, ocupación indebida de las plazas de minusválidos, etc. No ayuda en absoluto la presencia de numerosos remolques (con y sin embarcación) que ocupan un buen número de plazas de aparcamiento y que llevan –en algunos casos­– semanas sin moverse. Tampoco que algunos vecinos, manu militari, se «reserven» sitio a base de utilizar conos y cintas que ponen en las zonas de aparcamiento próximas a sus casas.

Es posible que algunos lectores no den crédito a lo que digo, así que dejo constancia gráfica en las fotografías que acompañan este escrito.

¿Y qué hace al respecto la Policía Municipal de Ciutadella? Desafortunadamente, casi nada. Siempre hay disculpas sobre la escasa dotación de la plantilla y lo lejana que está la urbanización del núcleo urbano. Eso sí, «toman nota» y «pasan aviso». Un ejemplo de la falta de vigilancia: actuar contra un coche que llevaba aparcado durante –al menos– un mes sin tarjeta acreditativa en una plaza de reservada para minusválidos ha requerido tres semanas de espera, tras dos avisos verbales y otros dos telemáticos. Todo un récord de agilidad.

Siendo así, no es de extrañar que todo conductor que busca aparcamiento en Serpentona se considere con derecho a dejar el coche donde y como le plazca. En las otras urbanizaciones de Cala Galdana esto no pasa: la Policía Municipal de Ferrerías se encarga de cerrarlas al tráfico cuando ya están llenas de coches. Pero para los servicios municipales de Ciutadella la urbanización Serpentona es terra incognita, salvo a efectos recaudatorios claro.