Querido tío: yo nací cuando tu ya estabas muerto, pero mi padre, tu hermano mayor, siempre me hablaba de ti. Cuando desde niña me gustó tanto leer y escribir, el solía decirme: «Te pareces a tu tío Juan, él siempre estaba con un papel o un libro en la mano, y … escribía muy bien». Hasta que un día, cuando ya fui mayor, me dejó leer las pocas cartas que guardaba de ti. Había una preciosa en la que describías las maravillas de la campiña francesa, y le hablabas a mi padre de lo cuidados que estaban los campos. No es raro que te fijaras en eso, habiendo nacido en el campo como nacisteis. Me emocionó mucho leerla, después leí tu última carta, muy distinta. Era más bien una despedida, porque intuías que de Mauthausen no saldrías con vida, como así fue. El lirismo con el que describías los campos franceses me demostró que tu calidad literaria era muy superior a la mía.
Cartas del lector
Carta a mi tío Juan Pons Mercadal, muerto en Mauthausen
31/01/17 0:00
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