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Mi enhorabuena a doña María Gómez López por sus simpáticas y claras declaraciones, publicadas por «Es Diari» el pasado día 3 de enero bajo el título «Del hospital a un hotel pasando por el geriátrico tras el incendio de su casa».

En los últimos párrafos de dichas declaraciones, el periódico recoge unas frases de la señora Gómez López dignas de atención para todos los integrantes de la sociedad menorquina. Transcribo:

«Sin embargo lamenta la ausencia de viviendas adaptadas a la tercera edad como sí hay en otras ciudades del país, 'no hay sitios adecuados para gente como nosotros en Menorca, parece que sobramos'», dice. Lo ideal sería un complejo residencial donde cada uno viviera en su casa y hubiera atención sanitaria y ayuda en el mismo complejo. «No puede ser que la antigua Residencia, o el hospital militar o los cuarteles no se aprovechen para hacer este tipo de lugares. Nosotros estaríamos encantados de poder adquirir uno para residir en el».

Mejor planteado imposible. Una digna alumna expresándose claramente en la lengua de Cervantes. Me considero indigno de añadir nada a este trascendente mensaje dirigido a toda la sociedad menorquima: a inversores, emprendedores, organizaciones sindicales, autoridades públicas, círculos, plataformas y a toda la ciudadanía.

Solamente me permito una apostilla: ¿A nadie le llama la atención que la antigua Residencia mencionada por la señora Gómez López, la «Verge del Toro», se haya convertido en una ruina emplazada en uno de los lugares más atractivos del Mediterráneo?

Los pocos que solemos pasear por los cercanos miradores que la rodean somos testigos del aspecto ruinoso del edificio y de la degradación de sus alrededores. Un espéctaculo que contrasta con la belleza del paisaje en el momento de la puesta del Sol. Quizás alguien esté preparando la declaración oficial de zona catastrófica.