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Imagínense. Una ambulancia llega a Binimel·l`q a socorrer a un visitante mayor indispuesto. Le acompaña su esposa. El conductor llega maltrecho con algún  chichón en la cabeza y… polvo, mucho polvo.

Acomoda al paciente en la camilla y los tres rumbo a Mercadal con cierta prisa, pues el estado y edad del paciente parece que así lo requiere.  Doscientos metros, ¡Pumba! el enfermo al suelo en un bache. Bueno…. en otro ¡Pluff! rodando por el suelo contra las patas de la camilla, pierde la dentadura. ¡Plaff! ¡Lo que faltaba! La esposa contra el techo sin gafas. ¡Y ahora el móvil del conductor volando! Todos como un sonajero. ¡Increíble!, el paciente que dice que está "»como un toro» y con la puerta abierta que se quiere bajar del tiovivo. Lleva el móvil en la boca. Y para colmo ¡Parche!

¿Que soy exagerado? Prueben a hacer el recorrido a 40 km/h. Les recomiendo casco y pedir el vehículo a algún enemigo, el suyo se lo agradecerá.

Desde hace años los taxis se niegan a acudir a la zona, ahora ni las ambulancias si no van equipadas de guerra. De Mortadelo y Filemón.

Recuerdo que el Sr. alcalde, en la primavera de 2012 (17/05/2012 UHM), se le llenó la boca diciendo que había estado en la carretera y que al año siguiente se arreglaría. 4 Años 4 y, al parecer, es que no ha vuelto, y … ¡claro!….. si él no lo ve: La carretera está bien.

Estos chicos…. tienen la memoria perezosa. Habría que cambiarlos por otros que al menos se apunten las cosas.

Pregonda para foto, el camino para triste recuerdo.

Vergüenza torera.