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Todos conocemos las consecuencias de las sequías que vienen sufriendo los habitantes del sur de África, especialmente en Namibia y Angola: más de 100.000 niños menores de cinco años se hallan en riesgo de desnutrición aguda, se estima que 1,5 millones de personas en el sur de Angola están sufriendo inseguridad alimentaria, y el desarrollo de la agricultura y la ganadería se hace francamente difícil. Así las cosas, la Comunidad de Desarrollo del África Austral, en un intento desesperado por acabar con esta terrible situación, decidió en sesión solemne celebrada ayer el cursar petición formal de ayuda a los diputados del Parlament Balear de PSIB, Més y Podemos. A los miembros de ese organismo internacional, siempre pendientes de las buenas nuevas de occidente, no les pasó por alto la danza que perpetraron hace unos días los Jarabo, Armengol, Barceló y subalternos a su salida del pleno que derogó la Ley de Símbolos aprobada en la anterior legislatura por el gobierno Bauzá, danza que recoge de forma mucho más perfeccionada los pasos de la famosa danza de la lluvia Cherokee americana y de las propias del continente negro. La situación es desesperante, y Mobuto MBobo convenció al resto de miembros del organismo para cursar solicitud inmediata de presencia en sus baldías tierras de los diputados baleares. No lo ha tenido fácil el bueno de MBobo, pues un numeroso e incrédulo grupo de miembros del organismo africano duda mucho de la posible eficacia del baile de los diputados, además temen por la integridad física de éstos. La reservas alimentarias son escasas en esa zona del mundo, y de aceptar la llamada de socorro de África, Armengol y compañía deberían de prolongar su estancia más allá de un mes para poder cubrir todos los escenarios de la zona. Los africanos han podido observar lo bien alimentados que están nuestros diputados, desde la misma presidenta (a sus mejillas me remito) hasta Jarabo (que esconde un recio estómago tras la camisa), pasando por Busquets y por Morrás, y aunque a priori todos ellos con más que evidentes reservas suficientes en sus cuerpos, temen muy seriamente que puedan desnutrirse sin las dosis habituales de pa amb oli, frit y tumbet.

Existe un precedente de lo ejecutado por los diputats el otro día a su salida del Parlamente tras la derogación de la Ley de Símbolos, hecho que les permite volver a colgar la bandera cuatribarrada en cualquier lugar oficial. Me refiero al fontomfrom, danza practicada por los Akwapem en Ghana, que según la antropóloga Elena Catalano es un «mecanismo para reflejar y justificar el orden social». Confío ciegamente en que los diputats de PSIB, Més y Podemos, tan sensibles a la desgracia humana, animal y vegetal, al contrario que los señoritos del PP y Ciutadans, no dudarán en trasladarse al sur de África y permanecer allí el tiempo que la providencia haga necesario para lograr las ansiadas lluvias y, ya de paso y emulando a Neil Armstrong en su viaje lunar, clavar la bandera dels Països Catalans en lo que al tiempo podría ser el primer enclave internacional de la Great Catalonia.

Carlos Salgado Saborido
Mahón