TW

Hace apenas unos días concluyeron las sesiones del ciclo de cine de verano, al aire libre, que un año más, y van ocho, hemos podido ofrecer en el municipio de Alaior.

Se trata de una actividad plenamente consolidada que poco a poco se ha convertido en una cita esperada, infalible, que se desarrolla martes a martes en las noches del verano. Más de 1.500 personas han participado de esta actividad.

Cada año agradecemos a sus promotores y anfitriones, José Luis Gil y Aurora Poveda, la dedicación, el interés, el entusiasmo y también el altruismo que vuelcan en la organización de un ciclo que arranca de una propuesta temática, pero que traslada al espectador a una gran variedad de escenarios y situaciones. Por supuesto, también expresamos, nuestro agradecimiento, por la ayuda del cooperador necesario que es Luis López, atento a la tecnología.

Nos gusta en especial la idea –todavía demasiado infrecuente- de ofrecer películas en su versión original. Nos alegra también que poco a poco, la formalidad y regularidad de esta propuesta, fresca y desenfadada, ha concitado el interés de veraneantes y residentes en un espacio común, que viene siendo el patio del centro Internacional de Grabado. Y celebramos poder recibir a un público heterogéneo que hace kilómetros para sentarse a degustar los mensajes que aportan imagen, música y guiones. En familia, como la propuesta de este año, un público creciente para un ciclo que ha crecido también en extensión.

En breve y puesto que el verano nos ha conducido hasta el otoño, reemprenderemos una nueva edición del ciclo de cine clásico, a desplegar el primer domingo de cada mes, que también nos adelantamos a agradecer a Mario Delgado, y que celebraremos en una Sala de Actividades Ciudadanas mejorada tecnológicamente para dar acomodo a las proyecciones. El día 4 de octubre, abrimos con «Cantando bajo la lluvia», que es una de esas raras ocasiones donde sí llueve a gusto de todos. Cosas del cine.