La singularidad de esta escultura ha provocado expectación y buena acogida entre la ciudadanía de Mahón, que en los primeros días ya ha emitido cientos de opiniones respecto a la ubicación que consideraría más apropiada. Será en la primera semana de junio cuando, de acuerdo con el criterio del autor, se tome esa decisión. Hasta entonces, tanto de forma directa a través de la urna colocada en el vestíbulo del Ayuntamiento como a través de la web municipal, se puede votar por alguna de las opciones propuestas o cualquier otra sugerencia respecto de la ubicación final. Esa singularidad exige asimismo hacer partícipe de la decisión al mayor número de personas porque, entre otras razones, la radicación de la obra cambiará la personalidad de la plaza, rotonda o lugar en el que finalmente se instale.
La donación se debe, en primer lugar, a la voluntad del autor y a la estima hacia la Isla y hacia Mahón en particular, lugares en los que –intuyo- ha encontrado amistad, serenidad e inspiración. Y, en segundo lugar, a las gestiones de mediación de los señores Pedro Monjo y Francisco Tutzó, a quienes debemos igualmente agradecer esa labor para dotar a la ciudad de una creación artística de estas características.
La escultura, como muchos vecinos y ciudadanos de otros municipios han podido comprobar ya, está trabajada en bronce y evoca la figura del caballo, todo un símbolo de nuestra tradición y de nuestra cultura, en sintonía plena con la sensibilidad menorquina. Animo a todos aquellos que no lo hayan hecho ya a participar con su opinión en la elección del emplazamiento, es un buen motivo para expresarse y un modo de mostrar la bienvenida a esta donación.