Comprendo, asumo y comparto alguna de las quejas que plantea en la carta publicada en este diario porque es cierto que los pasos de peatones requieren más atención de los conductores, exactamente la atención que exigen el código de circulación y la buena educación ciudadana. La actitud de unos pocos puede causar una percepción personal que, sin embargo, no se corresponde ni con la conducta general de los conductores ni con la realidad circulatoria de esa zona.
Su reclamación sí ha generado acciones para reforzar la seguridad, aunque sin llegar a instalar elementos físicos de reducción de la velocidad o alguna otra de las soluciones que proponía. Se ha incrementado la vigilancia policial en los turnos de mañana y tarde, se han impuesto denuncias a los infractores, en octubre se ha repintado la señalización horizontal y se han reducido a uno los dos carriles a pie de rotonda. Además, se están analizando propuestas para mejorar la configuración urbanística con mejora del alumbrado público, que dote de mayor visibilidad al tráfico; refuerzo de la señalización, que limita la velocidad de la vía y la posible elevación del paso de peatones.
Lamento esa sensación que expone, como miembro del equipo de gobierno municipal y como vecinos que efectivamente somos, pero reitero que se han tomado medidas en consonancia con la política que se está aplicando en toda la ciudad dirigidas a aumentar la seguridad viaria para hacer nuestro entorno más humano y amable.