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Apreciado General y Consejero.

Hace un año, cuando vine Menorca, ya se hablaba del proyecto de las «rotondas».

El Círculo de Economía de Menorca organizó el 3 de agosto en Ciutadella una conferencia con la participación de expertos urbanistas y en movilidad, donde se puso de manifiesto, sin género de dudas -ni entre los técnicos- que el proyecto que el Consell Insular de Menorca había auspiciado estaba claramente inadaptado a Menorca. Era desproporcionado en su dimensión, al estilo de la variante de Ferreries, y del Aeropuerto, no resolvía ningún problema importante de Menorca, atentaba al medio ambiente y, en definitiva, cambiaba la fisonomía de la Isla.
El proyecto no atacaba la inseguridad vial de la Me-1 porque la estadística de accidentes es baja comparada con otras vías similares, no servía para conectar núcleos de población aislados, antes al contrario, diseñaba rotondas a varios niveles para conectar ¿nada?

Es verdad que la Me-1 siempre está cargada en agosto, pero a casi nadie de los que visitamos la Isla desde hace años le importa realizar un trayecto de 45 Km en 10 minutos más. Ni a los propios residentes.

En cambio el proyecto crea unas deseconomías (efectos perversos) de gran impacto en el territorio.

Rompe el sentido de lo que es Menorca, un hábitat que pretende ser respetuoso con el medio ambiente y distinto del desarrollismo de las otras islas de la Comunidad.

Las rotondas programadas le quitan su carácter especial, la desnaturalizan, que es el motivo por el cual miles de
visitantes hemos hecho de la Isla nuestro lugar de residencia.

Continuamos viniendo porque, por ejemplo, no hay cuatro rotondas a distinto nivel entre Maó y Alaior. De este tipo la Península está llena. Nos gusta Menorca tal y como es.

Mi apreciado general. Me consta que se han hecho intentos para evitar el desaguisado, aunque, hasta el momento, sin éxito.

De tu trayectoria tanto militar como civil, me atrevo a pedirte que atiendas las demandas de una parte muy importante de la sociedad menorquina.

Tus hechos cívicos - la rehabilitación de l'Illa del Rei, a la que contribuí facilitando el acceso eléctrico- me demostraron que eras sensible a todo lo que representaba la Isla.

Estamos convencidos de que no son necesarias cuatro macrorotondas de Maó a Alaior, que así no se estimula el crecimiento, que deshacer las malas decisiones es mucho más costoso, y que, a la postre, estas infraestructuras crean una división social de difícil solución en una sociedad tan pequeña.

Apelo a tu sentido cívico, y a nuestra antigua relación, para realizar un último intento que evite que, muchos que queremos la Isla, como nuestra casa, nos sintamos extraños y ajenos ante este proyecto.

No infrinjamos una «herida» más en uno de los espacios civilizados que todavía podemos disfrutar.

Un fuerte abrazo.