Durante más de 20 años, el Partido Socialista, solo o con el apoyo de otros partidos de izquierdas, ha gobernado el Ayuntamiento de Mahón de manera rotunda y dictatorial, con actos y decisiones que han afectado a todos o a parte de los ciudadanos y, para bien o para mal, han representado un cambio en la vida cotidiana originando, a menudo, críticas, censuras o disconformidades.No voy a juzgar las intenciones o los motivos que empujaron a un alcalde que había sido popular y a unos ediles que fueron elegidos democráticamente, a modificar el antiguo nombre de nuestra ciudad, Mahón, convirtiendo un apelativo conocido mundialmente en un nuevo topónimo que sugiere falta de ortografía. Quiero pensar que los responsables del cambio lo hicieron de buena fe, creyendo que al hacerlo corregían una vieja equivocación y seguían los dictados de la gramática catalana.El que multitud de escritos aparecidos en los medios de comunicación suplicando que no eliminaran la letra "h" del añoso nombre de Mahón o Mahó, que aparece en vetustos mapas y documentos de contrastada procedencia, en escudos de piedra, en veteranas tumbas, símbolos de nuestro pasado, no les hizo rectificar.
Ni les hicieron mella tampoco, sesudos artículos explicando el disparate que representaba reemplazar el título de la ciudad que también lo era del único producto con denominación de origen que poseemos, del puerto de Mahón, icono del turismo náutico isleño, de la matrícula marítima o de las siglas del aeropuerto.
¿Qué hado nefasto obligó a nuestras autoridades municipales a cometer tamaño desatino? ¿Ignorancia? No puede ser. ¿Perversidad? No quiero creerlo. ¿Rencores del pasado? Se me hace duro pensarlo siquiera. Más bien creo que todo se debe a un mal entendido convencimiento de que solo ellos estaban en posesión de la certeza, a un orgullo que roza la fatuidad, a la creencia de que únicamente sus decisiones, y no otras, estaban correctamente fundamentadas. ¿Falta de modestia? Tal vez sí. ¿Qué importa si su alocado capricho pone en peligro la venta del "Queso de Mahón" porque ya no existe una ciudad con este nombre? ¿Qué ha disminuido el número de cruceros porque la palabra "Maó" no tiene el atractivo que tenía el famoso "Puerto de Mahón"? ¿Que vienen menos turistas porque el destino resulta poco conocido? Bueno ¡y qué!
Esto pasó hace seis años, cuando el Consistorio, sordo a las protestas de los mahoneses que amaban la tradición y la historia, y a una asociación que pedía con insistencia una consulta popular, dio oficialidad al nuevo topónimo y Mahón pasó a llamarse Maó. ¡Qué triste engendro de palabra! ¡Qué diferencia con la armonía del Mahón de siempre!
Finalmente, que todas las cosas tienen un final, el viento y las urnas han barrido el tufo socialista y hemos abierto las puertas a una nueva era. La esperanza y el aliento han entrado con los nuevos moradores del Ayuntamiento de Mahón, las expectativas del cambio nos permiten abrigar la confianza de que Águeda y sus muchachos serán más sensibles a los deseos de los mahoneses y la "h" será repescada. Amén.
Francisco Pons Montanari
Expresidente de Iniciativa Cívica Mahonesa
Sant Lluís
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