He leído estos días en la prensa local que hay una pretensión de reclamar el uso público del Lazareto, que viene utilizando desde hace muchos años el Ministerio de Sanidad como lugar de vacaciones para sus funcionarios, médicos y enfermeras. A menudo se ha tratado en vano de arrebatarle este enclave al Gobierno de la Nación para que fuera disfrutado (¿?) por los menorquines, aunque nadie ha dicho nunca de qué manera.
Pues bien, nuestro ínclito Senador, rápido como una centella, falto quizá de proyectos propios, se adhiere a la idea y hace saber que va a presentar una moción en este sentido. Que el Ministerio de Sanidad ceda, así, por las buenas, un edificio de gran utilidad para ellos, que lo conservan y lo mantienen y en el que pasa las vacaciones su personal, y nos lo regale para que podamos desguazarlo y destrozarlo como ya pasó con el edificio de la Isla del Rey, al que le quitaron hasta las tejas con la complaciente indulgencia del Ayuntamiento que él mismo presidía. ¿Ya no se acuerda, Sr. Bagur, que Tomeu Febrer, Concejal bajo su mandato, declaró que lo mejor que podían hacer con el Hospital era demolerlo?. ¡Menos mal que hay personas como Luís Alejandre que no le hicieron caso!.
Habría de saber Arturo Bagur, que no lo sabe, que Menorca es una isla turística y que el Lazareto es un establecimiento que crea lugares de trabajo, que trae a Menorca mil turistas cada año, los cuales hacen gasto en Es Castell, en Mahón y en otros lugares que visitan y que antes de reclamar la devolución del islote a los menorquines hay que conocer cual es el destino a que se le piensa dar o para qué va a servir. ¿Alguien recuerda el fracaso de la Universidad Internacional de Menorca Illa del Rei que se tenía que celebrar allí?
No, Sr. Bagur, a Vd. no se le va a recordar por haber recuperado el Lazareto. No. Tal vez, dentro de algunos años, se asocie su persona a la infortunada ocurrencia de construir una cárcel, por haber desmembrado el nombre de Mahón, por su gestión nefasta al frente del Ayuntamiento de una ciudad que recibió impoluta y dejó hecha unos zorros, pero nada más. Ideas suyas, ninguna; beneficios, cero. ¡Quédese en Madrid, en ese cementerio de elefantes que es el Senado, cese en sus brillantes ocurrencias sobre el Lazareto y déjenos tranquilos a los menorquines, ahora que hemos conseguido librarnos de Vd.!.
Francisco Pons Montanari
miembro de I.C.M.
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