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A veces es difícil fijar una idea y más en medicina. Y hablo de medicina porque habitualmente todo lo que no es necesario en nuestra ciencia es contraproducente; incluso aquellas sustancias o alimentos saludables pueden no serlo si se ingieren en exceso. Esto lo hemos comentado en ocasiones en sustancias tan beneficiosas como las vitaminas, pues existen aquellas que ingeridas en exceso como la vitamina D, la vitamina A. etc. pueden producir efectos secundarios, incluso graves. O los antioxidantes, unas sustancias de las que todo el mundo habla, pero de las que se sabe poco, en mi opinión; y es que a grandes rasgos serían aquellos compuestos que retrasan la oxidación de ciertos componentes celulares, proteínicos, lipídicos, o de los ácidos nucleicos.

¿Pero qué es la oxidación? Se trataría de un proceso natural por el que se producen radicales libres en cadena en la superficie de la células del cuerpo capaces de dañarlas.

Los antioxidantes ayudarían, por tanto, a inhibir, a prevenir, este proceso degenerativo; serían sustancias reductoras, del tipo polifenoles, provenientes de ciertos vegetales como el tomate, las frutas, especialmente los cítricos, el vino tinto, el ajo, brócoli, berenjena, jengibre, perejil, cebolla, los cereales integrales, el aceite de oliva, de semillas, pero, también del té, y del café.

Hoy volveremos a hablar del café, un alimento con grandes propiedades antioxidantes que lo relacionan con efectos beneficiosos a nivel metabólico (síndrome metabólico, diabetes), hepático (esteatosis hepática, cirrosis, cáncer hepático), con la reducción de la mortalidad, por cáncer, y cardiovascular, y con efectos beneficiosos a nivel neurológico (enfermedad de Parkinson, demencia..).

Asi, el café, al margen de la cafeína, tendría más de 1.000 componentes bioactivos, (ácidos clorogénicos, diterpernos, cafestol, kahweol...) con propiedades antiinflamatorias, antifibróticas, y antineoplásicas, asi cómo polifenoles y flavonoides que serían neuroprotectores al actuar sobre el estrés oxidativo, la inflamación, y tendrían además un efecto antiapoptotico y de la inhibición de la agregación de las proteínas betaamiloides en el cerebro. De ahí que no sea de extrañar que desde hace algún tiempo se haya estudiado este, se haya analizado en diferentes cohortes poblacionales, que podría ser útil para prevenir procesos neurodegenerativos como la demencia.

Así, como comentamos en «Es Diari» (09-2022 ) un estudio de Yuan Zhang et al. (PLOS Med. November 16, 2021) sobre la gran base de datos poblacional la UK Biobank sobre 365.682 individuos (39-74 años) del Reino Unido (UK) entre los años 2006 y 2010 y seguidos hasta el 2020, así en 11,4 años 10.053 individuos desarrollaron un accidente cerebro-vascular (AVC, atac de gota) y 5.079 demencia, observando que una ingesta de café de 2-3 tazas de café día o de 3 a 5 tazas de té o de su combinación (4-6 tazas) si se comparaba con aquellos que no bebían se asoció con un 32 por ciento de menor riesgo de AVC y un 28 por ciento de menor riesgo de demencia.

Sin embargo, nuevos datos recientes presentados a final de julio pasado en la Alzheimer's Association International Conference (AAIC) 2024 Sewell et al. del Advent Health Research Institute, Orlando, concluyen que a mayor dosis el café pudiera empeorar aspectos cognitivos distintos. Algo que por otra parte este grupo ya había estado estudiando y publicando al respecto. En este caso se analizaron a 8.451 individuos mayores de 60 años (edad media, 67,8 años), de la misma base de datos del Reino Unido. En este caso la evaluación cognitiva tuvo en cuenta la inteligencia fluida (el razonamiento abstracto, el reconocimiento de patrones y el pensamiento lógico), lo que ha modificado los resultados, de modo que en comparación con los individuos que consumían más de cuatro tazas al día, las personas que nunca consumían café    y las que lo consumían moderadamente, tuvieron un descenso más lento de la inteligencia fluida tras 8,83 años de seguimiento.

Resumiendo, el café actuaría como un alimento neuroprotector de grandes patologías neurológicas, sea la demencia –Alhzeimer– o AVC; sin embargo,    consumir más de 3 tazas al día podría ser contraproducente a largo plazo en la inteligencia fluida.

O sea hay que ser moderados en su consumo.