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Uno de esos temas que parecen sencillos a los médicos, pero pasa el tiempo y aún siguen generando dudas y por lo que la búsqueda bibliográfica de vez en cuando es necesaria, es el tema del uso de los antiagregantes plaquetarios y de los anticoagulantes en las intervenciones dentales. Dos grupos de fármacos que se utilizan un poco para lo mismo, aunque su acción sea distinta. Los anticoagulantes, como su nombre indica, actúan sobre la coagulación, y las plaquetas, por su parte, son integrantes del tapón hemostático inicial en el sitio de la lesión vascular.

Y ambos temas son frecuentes y suelen interrelacionarse, habida cuenta que es frecuente a partir de una cierta edad que para la prevención de enfermedades cardiovasculares se prescriban antiagregantes tipo Aspirina o anticoagulantes, que en España el más conocido es el Sintrom, y se precisen intervenciones dentales.

Pero son muchos de ustedes que me dirán que la cosa ha cambiado desde la aparición de unos nuevos anticoagulantes, mucho más cómodos de administrar, pues no precisan unos análisis tan periódicos como el Sintrom. Y que a la vez son más seguros. Por todo ello, estamos de acuerdo en que habrá que tenerse en cuenta cuál es el medicamento que se utiliza, pues todos ellos tienen un comportamiento distinto y un diferente riesgo de hemorragia tras la extracción dentaria o la operación odontológica. Y al tiempo que suspender la medicación antes de la extracción con la que compensar el riesgo de sangrado postoperatorio se deberá tener en cuenta el riesgo de un posible evento tromboembólico resultante de la interrupción del tratamiento. La idea de este artículo es que tengan unas ideas, pero no que hagan de médicos.

Todo ello se fundamenta en que la primera causa de ingreso hospitalario por consumo de fármacos es, o son, los anticoagulantes, las hemorragias, de ahí que no es un tema baladí y del que tengamos que ser siempre muy cautos. No está de más dejar algunas    ideas claras, una de ellas, que es la que ha motivado este escrito, es extraída de un metaanálisis muy reciente.

2 La primera idea es conocer siempre qué medicamentos se tienen prescritos; ¿anticoagulantes, o antiagregantes plaquetarios? A veces no es fácil dada la cantidad de fármacos que tomamos y los nombres que tienen, de ahí que no está de más que preguntemos al médico qué nos lo receta, que nos identifique cuál es el anticoagulante o los antiplaquetarios. Si son de    este último grupo, puede ser que muchas veces no se dé la importancia requerida, por lo que puede inicialmente ser «desconocido» tanto para el médico de familia que repite la prescripción del especialista, como para el paciente.

La segunda, que cuando se ha de proceder a una operación dental sea extracción o cualquiera de ellas que pueda producir una hemorragia se tengan en cuenta los fármacos que se toman, planificarla y si es necesario consultar con su médico. Ante la duda, suspender la extracción dentaria.   

Y, sobre todo, saber si tomamos fármacos dicumarinicos como el Sintrom (un clásico) o    Warfarina (Aldocumar) prescritos habitualmente en arritmias y valvulopatías, habida cuenta que en este caso deberemos conocer siempre, o antes de la intervención,    nuestro nivel de actividad anticoagulante, el conocido como INR (tiempo de protrombina), que nos dirán si estamos descoagulados; si estamos muy poco coagulados; o por el contrario estamos excesivamente descoagulados; y en cada caso la actuación será distinta. De no conocerlo, lo mejor será posponer el día de la extracción dentaria ,pues corresponderá a un médico saber lo que hay que hacer.

En el caso de tomar algunos de los nuevos anticoagulantes (Rivaroxaban, Apixaban y Edoxaban) por arritmias...; solo dos cosas hay que saber; el nombre del mismo, pues su tiempo de permanencia en el organismo no es igual en cada caso. Y, dos, conocer cómo está nuestra función renal, cómo están nuestros riñones, porque indica cuánto tiempo antes hay que evitar ingerir el fármaco.

Y, por último,    si solo tomamos antiagregantes plaquetarios, por ejemplo, si hemos tenido un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular isquémico (atac de gota) conocer si tomamos uno o dos, si tomamos uno y solo es Aspirina a dosis bajas (Adiro) no faltará hacer nada, es lo que    nos dice el metaanálisis de Jumana AlAgil et al («Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol». 2024); si es otro distinto a la Aspirina, o toma dos distintos, el riesgo de hemorragia está aumentado, con lo que habrá que consultar. Que la acción anticoagulante sumatoria de dos antiagregantes se aproxima al de un anticoagulante es algo conocido desde hace años, pero muchas veces se olvida, y es algo que nos lo vuelve a recordar este metaanálisis.

En cualquier caso, siempre conozca qué antiagregante o anticoagulantes tiene prescrito y siempre consulte con su médico ante una intervención odontológica.