La novela del poschavismo

Lluís Vergés13/03/23 12:26

Una mujer que ha tenido que emigrar al Brasil para buscarse la vida mientras su madre y su hija sobreviven como pueden en Maracaibo y un ex que ha vivido en el poder gracias a la revolución chavista pero quiere cambiar de vida y de país tras la implosión económica de Venezuela son los cuatro principales personajes de Volver a cuándo, la novela de María Elena Morán (Maracaibo, 1985) con la que ganó el Premio Café Gijón 2022.

El telón de fondo es el fracaso de la revolución, la revolución que habían amado tanto los protagonistas de esta interesante obra construida con diferentes voces narrativas. La trama gira en torno a las dificultades de la gente para ganarse el pan en una Venezuela, atropellada por la crisis, la corrupción y el caos político y en este marco histórico la disputa entre una pareja rota por la custodia de su hija de trece años y la renuncia de una abuela a tomar parte en la crianza de la niña.

Todo ello contado con una prosa «rica y desparpajada, que no da pausa», como la define en la contraportada la novelista colombiana Pilar Quintana quien añade que Volver a cuándo es una novela «para sentir en carne propia la tragedia de Venezuela y sus migrantes».

El gran acierto de María Elena Morán, escritora y guionista venezolana radicada en Brasil, ha sido el de combinar en esta su segunda novela las peripecias de los personajes con la situación sin salida aparente del poschavismo y con un atractivo y preciso lenguaje. Morán crea un universo literario personal y universal en el que también tienen voz los muertos.

La autora nos ilumina además de los motivos por los que algunos dirigentes políticos se aferran ciegamente al error cuando todos los elementos parecen ponerse en contra de sus creencias. Hablando de uno de ellos dice así: «Se hacía el que no veía, porque en su Caracas, que iba del apartamento en Bello Monte a la oficina del ministerio en Sábana Grande, el legado de Chávez tenía que ser defendido más que nunca pues estaba bajo ataques de fuera y de dentro, había que tener consciencia del momento histórico, más duro había que resistir para que más histórico fuera».