La respuesta, claro, está implícita en el subtítulo del libro de este investigador, escritor, editor y artista plástico francés: el teléfono inteligente, un artilugio adaptado a nuestra mano que constituye a la vez una prolongación de nuestros cerebros y nuestras capacidades.
De Biasi repasa en detalle las numerosas funciones que pueden desarrollar los móviles. Entre las curiosidades que me han llamado la atención figura la de una aplicación francesa que permite localizar a una persona con la que nos hemos encontrado en algún lugar, si ella muestra la misma curiosidad por conocernos. Un match virtual y retrospectivo.
La conclusión del autor es que los teléfonos inteligentes son como el pharmakon de la antigua Grecia, palabra que quería decir a la vez remedio y veneno.
Así, señala que estos artilugios que todo el mundo lleva en el bolsillo nos conceden superpoderes. No solo dialogar en tiempo real con alguien en cualquier parte del mundo, sino ver cualquier punto del planeta, acceder a cualquier libro, identificar cualquier música u obra de arte, trazar el mejor itinerario desde un punto a otro, saber que tiempo hará mañana, controlar a distancia la temperatura de casa, etcétera, etcétera.
Pero estos superpoderes tienen numerosas contrapartidas, como su gran capacidad para captar nuestra atención y distraernos y la posibilidad de que nos esté despojando de facultades propias como son la memoria para los números, las calles, los cálculos, etcétera. A ello hay que añadir, la gran cantidad de datos sobre nuestras compras e intereses que es capaz de proporcionar a las grandes empresas tecnológicas e incluso a los Estados, lo cual es especialmente peligroso en el caso de las dictaduras.
“Como el pharmakon- afirma De Biasi-, el smartphone me cuida, me administra sus beneficios y puedo entregarme a él para vivir mejor, para curar mis heridas y protegerme de todos los peligros que me rodean. Pero, por otro lado, con ese smartphone-pharmakon, tengo que ser prudente, tengo que cuidarme de él, considerarlo con vigilancia y circunspección, porque también él está cargado con una potencia destructiva que puede causarme daño o serme fatal. Es su naturaleza: es originaria e irreductiblemente lo que salva y lo que mata.”
El bisturí crítico del autor disecciona las numerosas aristas de estos pequeños aparatos movidos por chips. baterías y ondas, que están cambiando nuestra manera de pensar y de relacionarnos. Además, están solo en la adolescencia por lo que no sabemos cómo va a terminar y que nos deparará finalmente esta extraordinaria revolución cognitiva y tecnológica.
El tercer cerebro. Pequeña fenomenología del smartphone
Pierre-Marc de Biasi
Traducción de Jorge Fondebrider
Editorial Ampersand
271 páginas
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