Desde que llegamos al Hospital de la Isla del Rey , allá por 2004, y comenzamos a soñar en su recuperación, «caló» en nosotros el carácter de aquella construcción de comienzos del siglo XVIII basada en el uso del marés tanto en sus estructuras abovedadas como en las arcadas de la planta baja y el primer piso, todas de medio punto. Incluso sus siete arbotantes están coronados también por arcos semejantes.
Este modelo contagió indiscutiblemente a Toni Gomila, un hombre que mima el marés, cuando decidimos abrir una estrecha puerta rectangular que cerraba el recinto del Hospital Militar de entonces, a la altura de la actual Cantina frente al edificio Lángara y sustituirla por un arco de medio punto del mismo diámetro que los arcos del patio. La bautizamos como «Portal del Carmen» por coincidir el día de su inauguración con la Procesión anual por el Puerto y en recuerdo a la voluntaria «fija discontinua» que lo sufragó.
Hoy, en casi todas las referencias a la galería Hauser&Wirth y muy especialmente a los jardines del conocido paisajista Piet Oudolf, suele aparecer una foto de este portal. ¡Poco se lo imaginaba Toni!.
Respetando por supuesto gustos y tendencias, echamos de menos que los nuevos diseñadores prefieran el ángulo recto, la verticalidad, a la elegancia del arco, en la recuperación de aquel barracón de finales del XVIII que albergó a enfermos de la Escuadra de «mil cañones» del Almirante Lángara que se concentraron en nuestro Puerto para conquistar Toulon.
Por supuesto respetamos gustos e incluso comprendemos razones debido a la necesaria funcionalidad del recuperado espacio. No es lo mismo curar enfermos que colgar cuadros de grandes dimensiones.
Entre el viejo Hospital y la Galería de Arte, la Puerta del Carmen, obra del voluntario Toni Gomila aparece como testigo mudo que une dos estilos, dos gustos arquitectónicos, dos momentos.
Solo un como comentario final. Consciente de que los perfiles rectos a que conduce el encofrado ha sustituido a las bóvedas y los arcos, de que no se encuentran especialistas, aunque si las canteras menorquinas ofrecen una amplia gama de formas labradas de marés, si pido a nuestros arquitectos que no olviden las «porchadas» y pórticos, en fachadas e incluso en paredes intermedias con medio punto, y aconsejen a esta extensa nueva ola de propietarios, el diseño en sus proyectos utilizando la suave y elegante curva de un arco . Como lo hizo Toni Gomila.
Luis Alejandre Sintes
General (R)
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