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Una Isla es una isla. Y si es reducida como la Isla del Rey , no cabe aeropuerto y toda su vida viene por mar. Elemental. Algunos días un mar molesto, racheado; pero generalmente un mar amigo.

Me han comentado que los traslados se hacían allá por el 2004 con un llaud de Germán Torrent -la “Picua”- y con lanchas de reducidas dimensiones propiedad de Jaume Roca y Mike Puttok. Un buen amigo de Argel mandaba vino y dátiles (1). Pronto vieron que eran insuficientes y supimos acceder a una subasta de barcos procedentes de la lucha contra la droga. Allí accedimos a una buena semi rígida de 14 metros depositada en Motril que –a trancas y barrancas – resistió hasta finales del año pasado, siempre de la segura mano de un “todo terreno” Toni Barber. No podíamos pagar lo que consumían sus dos potentes motores; probamos con uno sin buen resultado. Al poco tiempo la familia Puyol nos dio otros dos de menor cilindrada y consumo, que aun rinden a pesar de ser de dos tiempos. Nosotros no necesitamos la misma potencia de los narcotraficantes, a quienes siempre agradeceremos el que nos llegase una buena embarcación fabricada en Italia, que ha permitido su recuperación (2), especialmente con la reposición de sus dos grandes balones de neopreno que le proporcionan su estabilidad. Trabajo bien hecho por una empresa mallorquina –Jaume Pons- al que se ha añadido el de nuestro “mestre d´axa” Javier Moll para arreglo de los interiores, trabajando ambos en una nave cedida por Conrado Asociados.

Hemos cubierto su ausencia con dos apoyos: otra vez con el de la familia Puyol afincada en Cala Ratolí y como novedad, con el apoyo de los Prácticos del puerto tras una buena gestión de Autoridad Portuaria y mi amigo Ricardo Matoses ”persona entrañable, enamorado de Menorca” próximo a su jubilación. Por Ricardo conocemos la historia de Nacho, Capitán del «Ciudad de Granada» cuyos padres eran de Es Castell. José Preto Moya, abuelo de Nacho, apellidos bien comunes en el bello pueblo de Llevant, nos llegó su carnet de Práctico fechado en 1941 y el “Reglamento de Practicajes y Amarrajes y Tarifas” de marzo de 1948, un interesante documento cuya lectura nos sitúa en la vida de nuestro Puerto a mitad del siglo XX. (3)

Dificilmente pagaremos estos apoyos de ahora, valorando como ejemplo no frecuente, que personas altamente calificadas como son los prácticos Vicenç Tomás o Jofre Enseñat, se comprometiesen a trasladar a unos simples voluntarios en su dominical tarea de recuperar un bien del Puerto. El que nos une a todos y al que todos queremos. Gracias Vicenç, Ricardo y Jofre...por supuesto también a los patronos de la embarcación.

(1) Un día contaremos el porqué de este vino y estos dátiles argelinos.

(2) Nueva cuesta 160.000 euros.

(3) Una bella historia que necesitará un capítulo aparte.

José Barber Allés

Voluntario