La triste historia de Horance Wells: Dentista y padre de la anestesia moderna.
Horance Wells era un joven dentista de Connecticut que se caracterizaba por su extrema empatía y compasión por sus pacientes. No soportaba verlos sufrir.El 10 de diciembre de 1844, Horace Wells y su esposa Elizabeth asistieron a un show donde a un grupo de voluntarios les suministraron óxido nitroso (gas hilarante)Luego de inhalarlo comenzaron a reír descontroladamente y a hacer cosas estúpidas. Uno de los voluntarios comenzó a perseguir a un enemigo imaginario y en su alocada carrera tropezó. Cuando regresó a su asiento se dieron cuenta que tenía la pierna desgarrada, pero el individuo no sintió dolor hasta que los efectos del gas se disiparon.¡Esto le dio a Wells una gran idea!Al día siguiente, Horace le pidió a un dentista colega suyo que le extraiga una muela mientras inhalaba algo de gas hilarante y no sintió ningún tipo de dolor ni tuvo complicaciones..Wells emprendió una serie de experimentos exitosos para demostrar científicamente su descubrimiento. Por desgracia, el día en que decide llevar a cabo una demostración pública ante renombrados cirujanos y varios estudiantes de medicina, algo salió mal. Parece que no fue bien regulada la administración del gas y el paciente se levantó dando fuertes alaridos. Los médicos se burlaron del invento de Horace, mientras los alumnos presentes lo abucheaban.Su experimento había fracasado.Horace abandona la práctica médica y cae en una profunda depresión. Lo peor es que sería otro dentista de Boston, William Morton -ex alumno suyo-, quien dos años después se llevaría la gloria efectuando la primera cirugía indolora con óxido nitroso frente a un grupo de connotados médicos.En 1847 se había hecho consumidor habitual y adicto al cloroformo, el cual inhalaba compulsivamente. Muy poco quedaba de aquel joven idealista, de aquel médico humanista que quiso aliviar el dolor de sus pacientes. Sufría de grandes trastornos y cambios de personalidad bajo los efectos del gas. Más adelante fue encarcelado. Cuatro días después y sumamente deprimido, se anestesió a sí mismo y se abrió la arteria femoral del muslo con una cuchilla de afeitar con el fin de morir desangrado y sin dolor dentro de su celda. Así en 1848, moría de esta triste forma el padre de la anestesia moderna.
Maria Andreu Codina
Odontóloga
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.