Cada palabra de este artículo será pasado a medida de que se lea. Cosa de la física. El presente es un suspiro que se finiquita en el mismo momento en el que nace o se pronuncia.
Pasado, presente y futuro son esclavos de la curvatura del espacio-tiempo que la ciencia nos pone en el lugar que nos corresponde, como especie efímera que somos.
Del cielo a la tierra y de la tierra a Menorca. Acudimos a la hemeroteca y el presente es el pasado: el mal estado de las urbanizaciones.
Este año celebramos que va ser lo máximo en cuanto a la llegada de turistas. Esta circunstancia es consecuencia de que los veraneantes buscan destinos seguros. La cuestión es: si no fuera por estos tristes condicionantes (guerra, atentados..,) llamarían por igual a la puerta de nuestro Archipiélago para disfrutar de unos días de vacaciones. Personalmente creo que no.
Volvamos a las urbanizaciones. Son los núcleos donde se alojan la mayoría que elige Menorca como destino. PIME, CAEB, Ashome... inciden y reinciden cada año en la necesidad de mantener en perfecto estado de revista el espacio que van a ocupar esas personas que llegan buscando los atractivos de la Isla. No nos engañemos, el sol y playa todavía atrae mucho y lo dice un ser humano que en los meses de verano ve disfrutar a familias de las olas de Son Bou o Punta Prima surfeando en un colchón de plástico o plancha de baratillo, por citar solo dos ejemplos.
Regresemos al principio de este artículo. El presente ya es pasado. Cuántas veces hemos oído decir que las urbanizaciones, las playas... el paisaje que vendemos en las ferias ha de ser real y no una ruta de baches, maleza, suciedad...
El presente será pasado y por el bien de todos, que en 2017 sea diferente.
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