Piedras y barandillas

Apreciado lector, cuando estoy tecleando mi ordenador a altas horas de la noche para mi artículo sabatino para <Es Diari>, me viene a la memoria el libro del escritor menorquín Mario Verdaguer, <Piedras y Viento (novela de Menorca, la isla mágica)> que me regaló mi suegro, en Rafel, ejemplar editado por el Ateneo Científico Literario y Artístico de Mahón.

Una conocida de Es Castell, persona muy preocupada con la limpieza de nuestras ciudades, pero fundamentalmente con la seguridad que necesitamos los ciudadanos al transitar por nuestras calles, me envió un emilio, que decía: <Bon día José, quería preguntarte si puedo mandarte una foto de nuestra calle, donde hay un solar en peligro de desplome. Está vallado por la policía ya hace meses; si se cae, se puede armar, incluso puede haber algún disgusto. Desconozco si el solar es de un particular, que podría serlo, o quién es su dueño. No sé si tienes competencias mochileras en Es Castell. Si fuera de tu interés te mando la foto. Por el contrario, si no lo haces tú ya lo haré yo>.

Respuesta pertinente, confirmando que siempre he tenido competencias universales y, por supuesto, que me envíe la foto de dicha pared.

Vatuadell cent llamps, efectivamente una pared en peligro inminente de derribo, está en la confluencia de las calles Sant Cristòfol y Miranda de Cala Corb, de Es Castell. Recomendamos a los de Dalt la Sala una acción de urgencia, antes de que ocurra una desgracia personal.

Cambio de población, una ciudadana mahonesa me comentó que en la calle Ramón y Cajal de nuestra ciudad hay una barandilla totalmente oxidada y rota, que puede dañar a los viandantes de esta acera. Teniendo en cuenta la gran cantidad de transeúntes – cines Ocimax, colegio Sant Josep, el parque des Freginal – recomendamos a la Compañía Telefónica Nacional de España, su reparación o sustitución para evitar desgracias personales. Supongo que dicho gasto no afectará a la cuenta de resultados de la compañía, si nos atenemos a que el pasado año tuvo un beneficio neto de 3.001 millones de euros.

Ahora hacemos una pasada por el puerto de Mahón y nos encontramos que el edificio de Autoridad Portuaria, hay una barandilla en estado precario, con peligro de caída de alguna pieza sin sujetar. La otra barandilla que también presenta un aspecto deplorable es la que está en la rotonda de Cala Figuera, donde, por cierto, una escultura le habría dotado de las dos condiciones de seguridad y estética requeridas para el lugar. Señores portuarios, que se nos caen ses baranas.