Jornada festiva para Es Mercadal, la localidad del centro insular aupada a las más altas cotas del protagonismo deportivo menorquín por las circunstancias, que ayer acentuó esa condición con la disputa del derbi insular de la Tercera División. El campo municipal de Sant Martí ha encontrado su sitio y comienzan a ser frecuentes sus magníficas estampas, tanto dentro del recinto como fuera de él, cuando llegan los grandes partidos. Y el de ayer fue uno de ellos.
Lejísimos aún de aquella atmósfera tensa, electrizante pero maravillosa que presidía los inolvidables derbis de antaño -Ferreries-Alaior o Atlètic-Sporting, por ejemplo- el Mercadal-Penya Ciutadella sí ofreció destellos de una rivalidad todavía inexistente entre clubes y aficiones por su tardía incorporación a la categoría. Algún calentón puntual en el césped ya con el marcador inclinado hacia los locales y mucho respeto en las gradas.
Al Mercadal, en suma, la matinal le salió redonda. Ganó el partido con un gol decisivo del capitán reaparecido, Javi Lacueva, y Pablo Nieto y sus compañeros de junta se frotaron las manos cuando advirtieron la gente que había pasado por taquilla.
El grupo de Vidal se reencontró con el triunfo, aunque no dominó el partido hasta que Lacueva cazó el balón a la media volea para fusilar a Aarón. Posiblemente fue mejor, hasta entonces, el Penya, pero tras encajar el gol a Mori le faltó cintura para reaccionar más rápido de lo que lo hizo y oxigenar la delantera con la entrada de los jóvenes Manolo o Pau. Cuando lo hizo ya fue tarde y el Mercadal salvaguardó una victoria fundamental que le reajusta en la zona alta de la clasificación.
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