José Ramón Bauzá dijo el martes en el Parlament que «la gente de la calle me dice que nos hemos quedado cortos» al defender su propuesta de la reforma de la Cámara autonómica, que supone una reducción de diputados y un recorte de los sueldos de sus señorías. No sé hasta qué punto el presidente balear ha descendido de las alturas para patearse las plazas y mercados pidiendo opinión a los ciudadanos antes de tomar una decisión al respecto. Sin embargo, la conclusión que expone - con matices - coincide con el sentir popular harto como está de escándalos de corrupción y de que determinados niveles de la llamada clase política esté blindada frente a los efectos de la crisis. Además, y partiendo de la base de que generalizar siempre es injusto, el trabajo de instituciones como el Parlament no acaba de generar un interés o expectación entre la ciudadanía.
Blog: Crónicas inusitadas
¿Quién se alarma, la calle o el político?
06/05/14 17:24
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