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El desencuentro entre el CCE Sant Lluís y la Mutualidad Balear de Futbolistas, a propósito de una lesión sufrida por uno de sus jugadores el pasado verano, ha reabierto un debate necesario puesto de manifiesto a través de las quejas de los clubes recogidas por este diario el jueves.

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Sin entrar a valorar el montante de las cuotas, aunque algunos conceptos y cuantías resulten muy difíciles de comprender, la Mutualidad Balear en Menorca ha experimentado cambios esta temporada que, por ahora, no parecen haberle permitido mejorar su servicio cuando cualquier variacion, se supone, debe hacerse con ese objetivo. Los doctores Salom y Aguiló han dejado de prestar sus servicios directos a la Mutua y ahora es el veterano galeno mallorquín, Onofre Alba, cuya empresa es la contratada por la FFIB para prestar el servicio de la Mutua, quien se desplaza a la Isla cada viernes para examinar a los jugadores. Todas las decisiones sobre intervenciones o pruebas médicas a practicar son suyas exclusivamente.

El tiempo dirá si este nuevo procedimiento, a priori más lento para la diagnosis de la lesión, es mejor o peor que el que venía funcionando. En todo caso harían bien los responsables de la Junta de Menorca en tomar en consideración la opinión de los clubes, que son el motivo de su existencia, porque algo no funciona. Como apuntan desde la directiva del CCE Sant Lluís, es preciso articular soluciones para agilizar la atención a los jugadores, darles mejor cobertura y, sobre todo, delimitar responsabilidades antes que lamentar desgracias.