La menorquina Chiara Oliver (Ciutadella, 2004) vive en una auténtica vorágine tras su exitoso paso por Operación Triunfo (OT). Convertida en una de las concursantes más mediáticas del programa, el talent show musical ha sido el motor con el que ha acelerado su carrera artística. Acaba de sacar su primer single, «Mala costumbre», que desde este viernes se puede escuchar en todas las plataformas digitales.
¿Cómo estás?
—Con los pies en el suelo, aún me estoy ubicando.
¿Cómo estás gestionando pasar de cantar en las calles de Menorca a salir en las pantallas de Times Square?
—Bastante bien. Estoy inmersa en la burbuja de OT, pero cada vez que vuelvo a Menorca recupero mi vida y todo está como siempre. Volver a Menorca me va muy bien para refrescarme, ver a mis amigas y hablar de cosas que no tienen nada que ver con OT.
¿Con qué te quedas de haber vivido la experiencia OT?
—Más allá de lo que me ha aportado a nivel musical, con el crecimiento personal. He madurado y he aprendido a tener mucha más inteligencia emocional y confianza en mí misma.
Acabas de sacar tu primer single, «Mala costumbre». ¿Cómo has vivido el proceso?
—Estoy muy contenta. Esta canción la escribí hace más de un año y la tenía guardada. Me gustaba, pero tampoco me encantaba. En la Academia se la enseñé a mis compañeros y me dijeron que les gustaba. Incluso Chenoa se acercó un día en una gala y me dijo que le encantaba. Cuando salí y vi que estaba siendo tan bien recibida, decidí sacarla como primer single. Me hacía mucha ilusión hacerla, producirla y adaptarla. Al final me he acabado enamorando de la canción.
¿Y qué pasará con «Ronda de más»?
—La guardaré, porque quiero que quede perfecta. Le tengo tanto cariño… Es de mis preferidas y quiero que quede muy bien. Con los primeros singles tenemos que ir rápido porque acabamos de salir del programa. Hay menos presupuesto y quiero guardarla, si tengo oportunidad, para un proyecto más grande.
¿Son este tipo de canciones las que marcarán tu proyecto musical?
—Por ahora tengo una estética muy clara. Me gustaría hacer un pop rock juvenil, desenfadado y divertido. Con temáticas cotidianas, de amores, desamores, dramas… Es hacia donde quiero encaminar mi proyecto, también con alguna balada.
Tienes facilidad para componer. ¿Quieres seguir desarrollando esta faceta?
—Una de mis prioridades es seguir con la composición, formarme y trabajar con gente que me aporte. Siento que aún tengo mucho que aprender a nivel compositivo. La composición me permite unir lo que más me gusta, que es la música, conmigo misma. Cuando compongo, lo hago para mí, para hablar de mis cosas, como un diario. Componer es hablar de mí misma.
Tema colaboraciones, ¿tienes pensada alguna?
—Aún no hay nada hablado. Me encantaría trabajar con mis compañeros de OT porque nos entendemos como artistas. Ruslana y yo hemos compuesto una canción y nos encantaría sacarla. También me gustaría hacer algo con Violeta.
¿Qué va a pasar con tus estudios en la Esmuc, con tu vida en Barcelona?
—Estoy viviendo el día a día. Con la gira no puedo volver a la Esmuc, pero está claro que tengo que seguir formándome, es esencial para mí. Al final soy música y me gusta aprender y jugar con cosas nuevas. Estoy valorando opciones, viendo si me quedo en Barcelona o me voy a Madrid…
¿Cómo te hace sentir ver todo el apoyo que tienes?
—Es una locura. Tengo a mi alrededor a personas que dan tanto por mí... Me emociona mucho porque veo que he hecho algo bien allí dentro.
¿Te enterase en la Academia de todo lo que había armado tu ejército de fans fuera?
—Qué va. Desde la Academia solo vi un cartel que ponía que había salido en Times Square, pero pensé que era una broma y ni me lo planteé como una posibilidad. Cuando salí también me enteré de la campaña solidaria a favor de la asociación TDAH Menorca. Me pareció increíble y me llena de orgullo, estoy supercontenta.
Has estado en boca de muchos famosos… ¿Has conocido ya a alguno de tus ídolos?
—Me ha hecho mucha ilusión conocer a Lola Índigo, que cantó en la fiesta final de OT. Soy superfan suya. También he flipado con la cantidad de famosos que se sumaron a la campaña para salvarme de la expulsión.
Eres una de las concursantes de OT que más conciencia social ha despertado al visibilizar el TDAH y dar voz al colectivo Lgtbi...
—Tenía supernormalizado hablar de los temas de los que he hablado y no era consciente de lo que suponía. Me parece muy importante que muchas personas se hayan acercado a mi para decirme que nunca habían visto a un referente con TDAH. Con el tema de la sexualidad siento que han visto a un referente más y estoy muy contenta con esto.
También has dado mucha visibilidad a Menorca.
—He hablado mucho de Menorca, ¿verdad? (ríe). El 17 de enero no paré de hablar de la Isla y les enseñé a mis compañeros «La balada d'en Lucas».
No te has quitado el collar de Menorca ni siquiera en las galas.
—No me lo he quitado nunca. Para mí es importante llevar conmigo un trocito de la Isla que me acompañe siempre y más aún en una experiencia así.
¿Les enseñarás la Isla a tus compañeros de OT?
—Me encantaría. Quiero que vengan por Sant Joan. No sé si puedo traerlos a todos, creo que acabaría un poco mal (ríe).
Aquí has estado muy activa a nivel musical, ¿seguirás estando presente?
—Creo que sí y espero que sí, confío en que sea así. He hecho tanta música en Menorca… Es la casa de la música. Para mí es importante seguir haciendo cosas aquí, porque es el lugar más especial de mi vida, es mi casa. En la Academia cantaba mucho «La balada d'en Lucas» y siempre tenía muy presente a la gente de aquí, a profesores como Lluís Gener y Annabel Villalonga. Son profesores que han cambiado mi trayectoria y si no fuera por ellos no hubiera estudiado música y no habría llegado hasta aquí. Al final, todo empezó en Menorca.
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