Productores menorquines con la directora insular (centro), en el recinto Ifema de Madrid.

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La cocina de lo recién cosechado y recién cocinado, el ciclo corto de los productos y el aprovechamiento de los recursos. Esas son algunas de las claves de lo que se conoce como gastronomía circular, el eje central de la edición de Madrid Fusión que estos días se está celebrando en el recinto Ifema. El que dicen es uno de los congresos gastronómica más influyentes del mundo es también una cita que acostumbra a contar con representación menorquina. Este año, en una edición (la 19) marcada por las restricciones de la pandemia, la Isla ha desplazado a la capital a los cinco expositores que le correspondían por cuota. Estos son Xoriguer (ginebra), Subaida (queso), Dolçamar (miel), Torralbenc (vino) y la Associació Oli de Menorca. Una sabrosa representación del producto Km 0 insular que hace gala también de otra de las banderas que ondean este año en Madrid Fusión, la de los procesos productivos hacia un modelo más sostenible.

En un año de grandes éxitos por los premios recibidos, pero a las puertas de una mala cosecha de miel, el productor Antoni Anglada considera que la feria es «un escaparate perfecto para mostrar tu producto a todo el mundo». En esa línea, desde Gin Xoriguer, Alfons Alférez, destaca que es una «cita estratégica» en la que hay que estar presente y con buenos horizontes en el plano internacional. En una convocatoria así no podía faltar el queso, representado por Subaida, empresa desde la que Marta Bosch pone el acento en lo «positivo» de una experiencia marcada por «el gran interés» mostrado por los asistentes. Desde las bodegas Torralbenc, Claude Geyer apunta que la creciente visibilidad comercial de los vinos de la Isla es fruto también de este tipo de iniciativas promocionales.

En el caso del aceite, el protagonismo se reparte entre Binissaida, Morvedra y Son Felip (ayer). El responsable de esta última finca, Víctor Labori, destaca el acercamiento que la feria ofrece al mundo de la restauración.