Ricardo Busutil está acabando de catalogar toda su colección sobre libros de la Isla para después centrarse en las 70 cajas de documentos que custodia . | Gemma Andreu

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Ricardo Busutil (Maó, 1963) siempre ha tenido una gran pasión por la historia, especialmente por la de su tierra. Es por ello que atesora una colección con cerca de 2.000 libros sobre Menorca, además de mapas varios, grabados y dibujos. Una gran cantidad de material a la que hay que sumar unas 70 cajas repletas de documentación. Un campo este último que entró en su vida por casualidad. Relata que a finales de la década de los 80, andando por la calle Anuncivay de Maó, tropezó con una bolsa de basura de la que salieron despedidos unos papeles. Se trataba de una gran variedad de documentos de mediados del siglo XIX.

Fue a raíz de ese hallazgo que comenzó a interesarse por el valor de lo que reflejan ese tipo de papeles, un volumen que comenzó a coger cuerpo a través de algunas compras pero sobre todo a partir de las donaciones que ha ido recibiendo. «Tengo una colección que más o menos está bien», dice con cierta modestia sobre unos fondos que acumulan en torno a un millar de documentos. Operador técnico de Telefónica prejubilado, ahora se dedica a «asuntos varios», dice, pero entre estos su archivo ocupa un lugar principal.

«Mi intención es recoger todo cuanto pueda», explica. «Es una lástima lo que pasa en muchas viviendas y casas de gente mayor, sobre todo; al morir, sus herederos no saben muy bien qué hacer con el material. Cuando acuden a la administración y esta les responde que no les interesa, el material acaba en la basura», lamenta Busutil.

El coleccionista sostiene que esos papeles que para algunos no tienen importancia «hacen una crónica de lo que es la historia de Menorca, de la Menorca cotidiana» especifica. Es por ello que defiende también el valor de las pequeñas cosas. «Se habla mucho de guerras y conquistas, de las que también tengo documentación, pero igualmente es importante poner el foco en lo relativo a la vida cotidiana. Por ejemplo, de los gastos que tenía una finca también se podía extraer mucha información interesante», dice.

«Aunque se trata de documentos que no son muy importantes», continúa, «es el resultado del esfuerzo que ha hecho una persona, que ha dedicado años de su vida a recoger datos, a almacenar papeles. Un papel solo no vale mucho, pero cuando tienes diez sobre un mismo tema gana valor». Recientemente una mujer de Ciutadella se puso en contacto con él tras descubrir a lo que se dedicaba y le donó una buena cantidad de material, y apunta al respecto que cualquier persona puede hacer lo mismo escribiéndole (eldiamante@infotelecom.es).

La pasión por el mundo de las letras y todo lo que le rodea es en realidad algo que le viene de su familia, que entre 1890 y mediados del siglo pasado regentó en una céntrica calle de Maó la librería Busutil.

Pero entre los tesoros de Ricardo también figuran documentos más relevantes, como el que hace referencia a la compra de los terrenos donde luego se construyó la fortaleza de Isabel II, una copia del tratado definitivo de paz de Amiens o el papeleo del proceso judicial contra el almirante John Byng, al que fusilaron por perder Menorca, entre muchos otros documentos con historia. Un legado que custodia y que en el futuro pretende donar a entidades, como por ejemplo el Museu de Menorca, para que se encarguen de cuidarlos con la misma dedicación que el ha demostrado durante años.