La réplica de la nao ‘Victoria’ hace escala en Maó . | Javier Coll

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En Sevilla, el 8 de septiembre de 1522, ponían pie en tierra dieciocho de los 245 tripulantes que tres años antes habían zarpado de la capital andaluza, capitaneados por Hernando de Magallanes, para abrir una nueva ruta marítima, por el oeste, hasta las islas de las especias, las Molucas, en la actual Indonesia. Un viaje que inició la llamada Armada de la Especiería, formada por cinco naos españolas, «Santiago», «San Antonio», «Trinidad», «Concepción» y «Victoria». Cinco, de las cuales únicamente la última logró completar la misión, convirtiéndose en el primer navío que daba la vuelta al mundo.

El mapa mundial no estaba todavía muy claro en la época y puede decirse que gracias a expediciones como ésta, impulsada por la corona española, se fue completando lentamente la geografía del planeta. Así lo recordaba ayer el director de la Gira Nao Victoria 2019, Pedro Giménez, durante la visita que realizaron al buque los ediles del Ayuntamiento de Maó, Laia Obrador, Dolores Antonio y Carlos Montes.

Y es que apuntaba Giménez, entonces aún creían que Brasil era el extremo oriental de Asia. De ahí que Magallanes, después de bordear África, cruzara el Atlántico hasta llegar a la costa brasileña, para recorrer la costa de América del Sur y bautizar el océano Pacífico por «los 45 días de navegación en un mar que era como un plato».

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La empresa era compleja. Lo demuestra que solo una de las naves la completó, después de haber navegado unas 32.000 millas. Las otras sucumbieron en el intento o regresaron antes de lo previsto: la nao «Santiago» encalló en el argentino río de Santa Cruz, la «San Antonio» dio media vuelta en el estrecho de Magallanes, la «Concepción» fue quemada por los propios españoles en Filipinas porque no tenían suficientes hombres para tripularla, y la «Trinidad» se hundió en las islas Molucas por los desperfectos de los temporales.

Tampoco Hernando Magallanes logró regresar a Sevilla. Murió a manos indígenas en Filipinas y Juan Sebastián Elcano le relevó como capitán general de la armada, siendo uno de los dieciocho navegantes que desembarcaron en la capital hispalense. Eso sí, detalló Giménez, al límite de sus fuerzas y en un estado muy precario, habiendo perdido dientes, sufrido enfermedades y habiéndose alimentado con lo que pudieron (ratas, gusanos), según recogen las crónicas que se conservan.

Una réplica muy fiel

La nueva nao «Victoria» estará en Menorca hasta el día 21 (con horario de visitas de 10 a 20 horas) en el marco de la gira para conmemorar el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Es un barco que fue creado para la Expo de Sevilla de 1992 y se construyó con madera de pino y roble a partir de fuentes históricas. Es así que conserva las características del navío original, con 26 metros de eslora y 7 de manga, con «cabos de fibras naturales» y teñido de negro por el uso de brea, un derivado del alquitrán que proteje la madera. Un «barco rápido mercante» que podía transportar cien toneladas de mercancía, alcanzando los 12 nudos gracias a sus 290 metros cuadrados de velas y una quilla reducida.