El claustro del Museu acoge también un mercado navideño con una veintena de puestos. | Javier Coll

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Es el del Brunch Menorca un proyecto siempre en transformación y que, sea la que sea su propuesta, suele contar con el favor del público. Y eso es lo que sucedió ayer una vez más con un festival que esta año ha llegado bajo la denominación de «Jungle Brunch: un Nadal animal», una cita por la que hasta las 17 horas y con mucha fiesta todavía por delante habían pasado ya 1.500 personas.

Un «éxito», reconoce Mireia Costa, socia de la entidad organizadora, Campi Qui Pugui, quien se congratulaba ayer de que la gente haya ido conectando desde el principio con las propuestas planteadas desde la entidad cultural. La de este fin de semana está siendo la séptima edición de la cita, que ha llegado en formato de festival de variedades, y que por segunda ocasión en su historia se ha hecho coincidir con la proximidad de las fiestas navideñas y con el Museu de Menorca como escenario principal.

Un recinto cultural que ayer se disfrazó para la ocasión con una temática muy selvática para ambientar unas actividades pensadas para todas las edades, pero siempre con una especial atención para los más pequeños.

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