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Como cada 30 de noviembre, algunas poblaciones de Menorca se han volcado en la celebración del Día Internacional de la Ciudad Educadora, una fiesta que este año ha llegado con premios incluidos, los que ha otorgado la ciudadanía a través de los ayuntamientos de Ciutadella, Maó y Ferreries.

Como ya se había hecho público durante esta semana, en la primera de esas localidades el reconocimiento ha recaído en el proyecto cultural Teatre de Butxaca, una iniciativa impulsada por la asociación vecinal Ciutadella Vella y la entidad comercial Ciutadella Antigua. «Ya tenemos el reconocimiento cada año con la respuesta del público, pero siempre es agradable que también llegue a través de iniciativas tan bonitas como ésta», declaraban durante la ceremonia de entrega dos de sus impulsores, Antoni Gener y Macià Coll.

Ambos estuvieron acompañados por una nutrida representación de un grupo que se caracteriza por su carácter intergeneracional, uno de los valores que más destacó el jurado entre las propuestas recibidas. Entre los asistentes a la cita estuvo presente la alcaldesa de la ciudad, Joana Gomila, quien recordó durante su intervención que «todos somos educadores».

También pertenece a la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras Maó, que este año igualmente ha apostado por otorgar el primer Premi de Bones Pràctiques Ciutat Educadora, cuyo ganador se desveló ayer tarde en el salón de plenos del Ayuntamiento, la entidad Menorca para Todos.

El jurado consideró que los valores y principios que defienden como ciudad educadora encajan con esa entidad sin ánimo de lucro «formada por un equipo de profesionales con vocación social» y que lucha por que las personas disfruten de una mejor calidad de vida independientemente de su diversidad funcional o situación familiar.

El tercero de los premios se entregó en Ferreries y recayó en el Agrupament Escolta Sant Bartomeu, cuyo responsable, Biel Barber, declaró que es un honor recibir ese reconocimiento para una familia que lucha por «formar gente comprometida con su entorno» e intentar hacer de Ferreries un pueblo «dinámico desde el voluntariado y el altruismo».