Roger y Crissy repiten en su papel de benefactores navideños de los residentes menores de edad | Javier Coll

TW
3

Dos bicicletas, dos cañas de pescar, una Play Station, una televisión, un kit de maquillaje, un secador de pelo, unas pinzas para el cabello y una cama eslástica de 2,5 metros de diámetro fueron los regalos que el matrimonio británico de jubilados formado por Roger y Crissy, junto con el cónsul honorario alemán en Menorca, Klaus Alexander Griebl, entregaron este viernes a los residentes del Centro de Atención a la Infancia y Familia, de Maó.

Roger y Crissy han podido comprar estos presentes gracias al dinero que han recaudado durante las sesiones de bingo que la comunidad británica suele celebrar en el restaurante del Real Aeroclub de Menorca.

De hecho, no es la primera vez que esta pareja de pensionistas británicos contribuye a hacer más feliz la Navidad para los residentes de la conocida popularmente como Casa de la Infancia. Hace varios años, Roger apareció ataviado como Papá Noel.

La Casa de la Infancia tiene capacidad para albergar 14 residentes con edades hasta los 17 años, cuando sus padres o tutores legales no pueden ocuparse de ellos por diferentes motivos. Estas personas pueden ingresar por casos de urgencia, como atención residencial o sin obligación de pasar la noche.

En la actualidad, todas las plazas están ocupadas por tres chicas y 11 chicos, con edades comprendidas entre los 7 y 17 años.

El personal del centro está formado por la directora, María Jesús de Andrés, una psicóloga, ocho educadores sociales, once auxiliares de educador social y dos auxiliares de internado.

Máxima normalidad

Dentro del centro, los residentes participan en talleres para aprender a cultivar la tierra y en otro para desenvolverse con soltura en la cocina. De puertas para fuera, se les facilita la práctica de deporte, la asistencia a repasos escolares y la realización de otras actividades lúdicas y artísticas. «Tratamos que estén aquí en las condiciones de máxima normalidad», explica la directora.