Una prueba contra el viento. El aire de tramontana hizo que la ruta fuera un poco más complicada que en ediciones anteriores, pero no pudo con el empeño de los participantes que acudieron una vez más a la llamada de las hermanas Borràs | Josep Bagur Gomila
Mollie-Ann Borràs y su hermana Becky siguen en marcha con su particular cruzada contra la fibrosis quística. Este sábado sumaron otros 6.000 metros de solidaridad para alcanzar ya en las siete ediciones celebradas una cifra que ronda el medio centenar de kilómetros. El fuerte viento jugó la mayor parte del trayecto en contra de los 150 personas que acudieron a la llamada de la caminata solidaria, que partió a las 10.30 horas desde la Plaça des Pins. «En otros momentos, nos ayudó a caminar», confesaba Mollie-Ann al término de la ruta.
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