El vídeo muestra a los bomberos sobre el tejado del edificio sobre el que ha impactado la roca. | MJU

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Dos rocas de gran tamaño se desprendieron durante la madrugada de este sábado del acantilado del puerto de Maó, en la zona del andén de poniente en la que se concentran varios establecimientos de restauración. Una de ellas, de unos dos metros de largo por unos 70 centímetros de ancho, impactó de lleno en el tejado de uno de los locales emblemáticos de la rada mahonesa, el Cafè Baixamar, mientras que la otra quedó en la zona intermedia entre la pared posterior del mismo local y el propio acantilado.

El techo del café se vio seriamente dañado, puesto que la roca que cayó encima abrió un boquete, aunque no llegó a caer dentro del piso, utilizado como almacén. La otra roca afectó a la pared lateral que también deberá ser reparada.

La labor llevada a cabo por los bomberos, primero para examinar los destrozos y descartar un peligro mayor a la hora de retirar las rocas, y luego por el camión grúa que pudo sacar una a una ambas piedras, motivó que otros dos locales próximos al afectado, la Pizzería Casanova y el restaurante Xauxa, no pudieran abrir a lo largo de la mañana. Las tareas se prolongaron hasta pasadas la 1 del mediodía y fueron seguidas por decenas de personas que paseaban por el puerto a esa hora de la mañana.

«Cuando he llegado a las 9, he subido a limpiar los baños y me he encontrado el boquete en el techo», relataba a este diario el responsable del café, mientras aguardaba instrucciones de bomberos y Ayuntamiento.

«Ahora solo abrimos el fin de semana, y perder, aunque solo sea la comida del sábado, nos afecta bastante», indicaba el propietario de la pizzería situada justo al lado del «Baixamar».

El vídeo muestra el momento de la retirada de la roca con la ayuda de un transportista.

Evaluación de daños

Los agentes de la Policía Portuaria cortaron el tráfico para los vehículos que entraban a Maó procedentes de la carretera de Fornells, a la altura de la pequeña rotonda de la Estació Marítima, donde se les obligaba a dar la vuelta. Los que circulaban en la dirección contraria sí pudieron seguir su camino hacia la colársega pasando por el interior del aparcamiento de la misma estación hasta reincorporarse a la vía principal del puerto.

Vista cenital desde donde se aprecia el impacto de la roca sobre el tejado. | José Barber

El arquitecto municipal revisó junto a los bomberos el tejado del  «Baixamar», que pudo reabrir por la tarde, una vez colocada una lona para tapar el boquete del techo y limpiados los cascotes. También recuperaron su actividad los otros dos locales. Responsables de una empresa de trabajos verticales también acudieron a la zona para valorar qué intervenciones pueden ser necesarias realizar.