El acusado declaró por videoconferencia desde la cárcel, y la mujer, de forma presencial.

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El autor confeso de la oleada de robos que cometió en varios comercios y locales de restauración de Maó a principios de año, uno de ellos con su compañera, fue condenado ayer a dos años de prisión que deberá cumplir en su totalidad en la cárcel de Menorca.

El hombre, de 33 años, se encuentra en prisión preventiva desde su detención el 8 de febrero, por lo que va camino de cumplir los ocho primeros meses de reclusión. Ayer, en los momentos previos a la vista oral, su abogado, Carlos Salgado, y el fiscal, Francicso Molla, conformaron la condena reduciéndola de cinco a dos años de cárcel, sin posibilidad de que el reo pudiera solicitar la suspensión de la pena de prisión que habría pasado por su excarcelación inmediata.

El fiscal se avino a los atenuantes de drogadicción y confesión analógica de los hechos, de ahí que rebajara la condena inicial a menos de la mitad de la pena solicitada en su escrito de acusación.

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El hombre perpetró cinco robos con un botín global de unos 7.000 euros entre el 23 de enero y el 7 de febrero pasados en la ciudad de Maó. Estaba acusado por un delito de robo con fuerza en el estanco de la calle Sant Manuel, y por otro continuado de robo con fuerza que engloba el que cometió el 29 del mismo mes en una pajarería de la calle Ciutadella, y los otros tres, el 7 de febrero en el restaurante Cala Bella, en el bar Can Xavi y el último de ellos, en una tienda de material informático situada en la calle Borja Moll. Fue tras este último robo cuando la Policía Nacional, que había montado un dispositivo de vigilancia junto a la Policía Local por la alarma social que había provocado la sucesión de atracos, consiguió detenerle prácticamente de forma in fraganti.

Dado que posee antecedentes penales y policiales, no hubo lugar a que su abogado pudiera solicitar la suspensión de la condena acordada.

En cuanto a su compañera, acusada de participar en el primero de los robos cometido en el estado de la calle Sant Manuel, aceptó una pena de un año de prisión, en lugar de los dos que pedía el fiscal en un principio, tras el acuerdo con su abogada, Marifé Pons.

En este caso no hubo oposición a que la mujer evite su ingreso en la cárcel al tratarse de una condena inferior a tres años, eso sí, siempre que no vuelva a delinquir durante los próximos tres años, como le advirtió el magistrado-juez del Penal, Antonio Fernández-Montells Fernández.