Los bomberos, a las puertas de la carpintería, llena de humo.

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Los vecinos respiran con alivio tras las horas de angustia vividas la    madrugada del domingo. Por suerte no ha habido que lamentar ni heridos, ni víctimas, y las consecuencias son materiales. Con todo, «durante el incendio hubo momentos muy críticos», aseguran algunos residentes de Ferreries, especialmente cuando «los bomberos no podían acercarse al fuego» por su alta intensidad, hasta que lograron actuar desde patios vecinos de la parte de atrás de la finca.

De forma anónima, confesaban algunos que el incendio «fue un gran susto», por lo inesperado y por las llamas y las explosiones que se fueron produciendo. Además, la gran cantidad de materiales inflamables creo una intensa humareda, que ayer todavía se apreciaba en la calle.

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«No estaban en casa»

Lo más importante es que en los domicilios más afectados «no había nadie dentro» en el momento en que se produjeron los hechos. «Menos mal que no estaban», expresan algunos, conscientes de las consecuencias que podría haber tenido el siniestro.

Por otro lado, otros vecinos destacan la solidaridad de los ferreriencs, muchos de los cuales se acercaron durante la madrugada, para echar una mano de ayuda o por si los afectados necesitaban ropa o cualquier cosa.

El fuego empezó en el sótano y se extendió a la planta baja del inmueble

El jefe de los Bomberos de Menorca, Joan Rosselló, no pudo precisar ayer las causas del incendio. «El fuego empezó en el sótano y se propagó a la planta baja, donde había mucho material inflamable», lo que avivó rápidamente las llamas. Fue así que se alcanzaron temperaturas muy elevadas, que dificultaron las labores de extinción e «hicieron que colapsara una parte del techo de la parte posterior», por la afectación en bigas y pilares. «Era necesario apuntalar» la estructura, algo que se hizo el domingo. Volviendo a las causas, «serán los peritos del seguro los que lo tendrán que determinar».