El acusado realizó movimientos entre estas dos sociedades para evitar la pérdida de una finca que ya había sido adjudicada en subasta a otra empresa interesada, también de Ciutadella.
Él y su sociedad, Cap de Baños, concertaron un préstamo con una entidad bancaria aportando como garantía un solar. Como dejaron de pagar las cuotas en septiembre de 2014 el banco procedió a la ejecución hipotecaria. El proceso acabó en la subasta de la finca que en septiembre de 2017 aprobó el remate por importe de 410.906 euros, a favor de la sociedad que se hizo con ella para cuatro meses más tarde consignar la cantidad restante.
Sin embargo pocos días después el acusado, con la intención de parar la adjudicación de la finca, a través de su otra sociedad, Albellmig 2001, presentó un escrito en el juzgado anunciando, pese a saber que era falso, que la finca que se había subastado era de esta sociedad. Aportó para ello un contrato fingido de arrendamiento datado en junio de 2012, suscrito por él mismo en su condición de doble administrador tanto de Cap de Baños como de Albellmig 2001. De esta forma la primera sociedad arrendaba a la segunda la finca por una renta 250 euros mensuales, con una serie de pagos adelantados que sumaban casi 30.000 euros, según recoge el escrito de acusación. Pese a las maniobras realizadas el acusado no logró paralizar la adjucación de la finca embargada.
Además de la condena de prisión y multas de 1.200.000 euros a sus empresas, a título personal deberá hacer frente a otra sanción de diez meses a razón de diez euros diarios.
Actualización 26/10/22
El juicio ha sido aplazado por un cambio de abogados.
2 comentarios
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Un empresario de raza.. uno más de tantos reyes del monopoli
Déu quin figura! i qui és aquest "empresari"?!