Botellas de alcohol y combinadas para el botellón, requisadas por la Policía Local el sábado | P.L.F.

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Ferreries recuperó el protagonismo que tiene en el carnaval menorquín, interrumpido por la pandemia en el último año, con la celebración de la fiesta en la madrugada del pasado sábado, en la que no hubo incidentes tan graves como suele ser habitual pese a que se dieron cita centenares de jóvenes y adolescentes en el centro urbano del pueblo.

La Policía Local recuperó para la ocasión la unidad nocturna con cuatro agentes, que además contaron con el apoyo de dos efectivos de la Guardia Civil de forma prácticamente permanente hasta las 5 de la madrugada.

En esta ocasión no hubo que lamentar destrozos en el mobiliario urbano, ni en vehículos estacionados, ni tampoco hubo traslado de heridos, aunque los agentes locales y el 061 tuvieron que atender a seis personas que sufrieron comas etílicos, entre ellos cuatro menores de edad. Los agentes se encargaron de localizar a sus padres, y aunque dos de ellos estuvieron a punto de ser trasladados al Hospital Mateu Orfila, finalmente sus progenitores se hicieron cargo de ellos antes de que se produjera la evacuación.

Además los policías locales decomisaron a jóvenes y adolescentes hasta 30 botellas de alcohol, como había anunciado la alcaldesa, Joana Febrer, en el bando que había dictado para la buena celebración del carnaval. Está prohibido el consumo de alcohol en la vía pública, como recordaba la primera edil.

Hubo quejas por molestias de ruido, especialmente un grupo que tenía las puertas abiertas y la música puesta a gran volumen.

En Maó, Ciutadella, Es Mercadal y Alaior no se produjeron incidentes destacables en la madrugada del sábado al domingo durante las celebraciones festivas de este carnaval.