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La Fiscalía mantiene la petición de 22 años de prisión para un hombre de 73 años, acusado de haber abusado sexualmente de dos de sus nietos, menores de edad, en dos épocas distintas durante los últimos años. El juicio se ha celebrado este jueves por la mañana durante cinco horas a cargo de la sección segunda de la Audiencia Provincial, y que ha quedado visto para sentencia.

Según el fiscal, se considera que la prueba de cargo determinante para mantener la petición de pena contemplada inicialmente ha sido la declaración de los menores.

Por su parte, la defensa del acusado pide la absolución ya que cree que no han quedado suficientemente demostradas dudas respecto la posible implicación del hermano grande en los presuntos abusos, y que los informes forenses no han sido suficientemente concluyentes.

Caso

El acusado, de nacionalidad española, se enfrenta a una condena de 22 años de cárcel si es declarado culpable, por los delitos de abusos sexuales continuados sobre sus dos nietos. Ya pesa sobre él una orden de alejamiento y prohibición de comunicación respecto a ambos cuando fue detenido a finales de 2017, aunque quedó en libertad provisional días después, con medidas preventivas hasta la celebración del juicio que tiene lugar esta mañana.

Los delitos que se le imputan habrían ocurrido en el propio domicilio que comparte con su esposa en una céntrica calle de Maó, entre 2005 y 2011, con el primero de los nietos, y en 2017, con el segundo.

El Ministerio Fiscal pide una pena de diez años por el abuso sobre su primer nieto, presuntamente cometido cuando el menor contaba entre seis y once años de edad, y prohibición de comunicarse y acercarse a él durante quince años, a menos de 500 metros. Respecto al segundo, del que habría abusado cuando también contaba con seis años, el fiscal pide una condena de doce años por el mismo delito, y la misma orden de alejamiento y prohibición de comunicación que en el caso anterior.

Protección de Menores

Fue Protección de Menores, a través de su equipo de psicólogos, el que sospechó de la anomalía que presuntamente sufría el hermano menor durante el último trimestre del pasado año. Siguiendo con el protocolo habitual, el comportamiento del niño con sus compañeros de clase, a los que incitaba a realizar juegos sexuales, hizo que el colegio derivara a Menores el caso. Las entrevistas con la psicóloga permitieron sospechar, como habría declarado el menor, que era su abuelo quien le había enseñado estos juegos. Según la acusación, cuando el menor iba a casa de sus abuelos, dormía la siesta con el hombre y sufría sus abusos hasta que llegaba a satisfacer sus instintos sexuales. Estos abusos se habrían producido en varias ocasiones.

A raíz de este caso, en la investigación de la institución pública se llegó a la conclusión de que el abuelo ya había cometido el mismo delito con el hermano mayor entre 2005 y 2011. Entonces los abuelos tenían el acogimiento familiar del niño que ahora ya cuenta con 18 años.

Tras ser detenido por la Policía Nacional a finales de 2017, el acusado negó todas las acusaciones en sede judicial. Dijo que esos abusos nunca existieron, admitió que era un hombre cariñoso y que jugaba con ellos pero que en ningún caso cometió los delitos de los que se le acusa. Explicó que eran los dos nietos los que preferían dormir la siesta, en ocasiones, junto a él por simple comodidad.