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El dispositivo de la Guardia Civil de Tráfico ubicado durante la madrugada del sábado en la carretera Me-8, de Sant Lluís a Maó, detectó a veinte conductores que dieron positivo en el control de alcoholemia al que fueron sometidos por los agentes, según fuentes a las que ha podido tener acceso a este diario.

Dos de los conductores que dieron positivo quedaron detenidos ya que el elevado grado de alcohol que reveló el test convertía la infracción en una causa penal por lo que serán juzgados por ello.

La elevada cifra de conductores con exceso de alcohol al volante procedentes de las fiestas de Sant Lluís, que se celebraban este pasado fin de semana, llama poderosamente la atención considerando que el control era muy visible y estaba situado en la misma rotonda de acceso al Cuartel de la Guardia Civil. Saben los agentes que en muchas ocasiones los conductores se advierten entre ellos de la ubicación del control y buscan rutas alternativas para eludirlo.

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