Stephane Jean F.M. Schmidt, el ciudadano francés de 42 años que cumple condena en la prisión de Menorca por el hurto de varios coches, furgonetas y un camión el pasado mes de abril, volverá a ser juzgado a principios de año por los hurtos de los tres vehículos de los que se apropió para desplazarse en Ciutadella y Fornells.
Además se enfrentará al delito de robo con fuerza que cometió en un restaurante de Fornells, acciones todas ellas que causaron alarma social en la Isla hasta que fue apresado en pleno centro de Alaior por dos policías nacionales el 9 de mayo a primera hora de la mañana.
El juicio al que se sometió el pasado 21 de julio en Maó correspondió solo a la pieza de los tres vehículos -incluido un camión de una empresa del Polígono Industrial de Maó- que hurtó en el levante insular además de un robo con intimidación a la empleada del poblado de Talati.
Entonces su abogado y el fiscal conformaron una condena de un año y 9 meses de prisión y 61 días de trabajo solidario. El hombre aceptó la condena y dijo entonces que prefería continuar en la prisión, donde tiene un comportamiento muy correcto, para así acabar un curso de cocina a riesgo de salir de ella y no tener un oficio concreto.
En cuanto a los tres hurtos de Ciutadella -un coche de la Clínica Menorca que destrozó en un accidente en el Camí d'en Kane, una furgoneta en Cala Blanca y otra más en Fornells- podrían suponerle una nueva condena de 12 meses de prisión que añadiría a la anterior, además de la indemnización por el coche de la clínica, peritado en unos 1.500 euros.
Los escritos de acusación y defensa todavía no están cerrados en función de las discrepancias que aparecen en la tipificación del robo que cometió en el restaurante El Pescador, de Fornells, propiedad del mismo dueño de la furgoneta que hurtó en un parking próximo. Schmidt rajó el plástico de la terraza del restaurante, cuando este ya estaba cerrado, y se llevó, según él unos 13.000 euros de la recaudación, aunque el dueño aseguró que habían sido 24.000.
Schmidt había sido militar en su país, aunque había regresado a Menorca justo dos días después de cumplir otra condena en Francia para conquistar a una mujer residente en la Isla a la que ya conocía y con la que se escribía. Dijo, incluso, que los robos de dinero los hizo para demostrarle a ella que podía mantenerla.
El preso, que ya había pasado por la cárcel de Menorca años atrás por otros delitos, acaba de cumplir los 61 días de trabajo solidario realizando tareas en el mismo centro penitenciario. Además ha concluido el curso de cocina y ahora está contratado para trabajar en este departamento de la prisión.
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