El acusado acudió a declarar ante el juez de instrucción de Ciutadella, del juzgado 1, el 8 de diciembre. | Josep Bagur Gomila

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La familia del joven catalán que mató a su madre a puñaladas hace un año en la madrugada del 27 de agosto, en el chalé de Son Blanc, en Ciutadella, no ejercerá la acusación particular contra él en el juicio que podría celebrarse antes del final de año.

El padre, conocido empresario del gremio óptico, y el hermano del agresor, posiblemente en aras al parentesco que les une y al historial médico del acusado por su adicción a las drogas, decidieron retirar la acusación particular que sí habían presentado cuando se inició la instrucción de las diligencias. Esta será ejercida solo por el fiscal Andrés Barragán, designado en la causa.

El Tribunal Supremo, a partir de un acuerdo de pleno no jurisdiccional, ha determinado que sea un tribunal popular el que juzgue a G.G.B., de 27 años de edad, a quien se le imputaron tres delitos tras su declaración ante el juez, Daniel García, del Juzgado de Instrucción número 1 de Ciutadella: asesinato con agravante de alevosía y parentesco por la muerte de su madre, Mayte Blanco Garrido, otro de lesiones por la agresión a su hermano en el forcejeo cuando este trataba de arrebatarle el cuchillo, y uno más de tentativa de asesinato a su padre, al que también apuñaló en varias ocasiones durante la noche del trágico suceso. La calificación de este último delito estaba pendiente del informe final de los médicos forenses.

La fase de instrucción está en su recta final por lo que los escritos de acusación y de defensa deben ser redactados en breve por las partes. De esta forma el juicio se celebraría durante el último trimestre del año en curso o primero del siguiente en la Audiencia Provincial. Pese a retirarse como acusación particular, la familia recibirá el ofrecimiento de acciones, y de su postura puede depender, en parte, la duración de la condena que se solicite.

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La defensa pondrá el foco en la adicción de G.G.B. a la marihuana desde que se inició a los 13 años que pudo acabar generándole una esquizofrenia ligada a su última acción terrible. Había pasado por un centro de rehabilitación un lustro antes de la tragedia en Son Blanc, aunque había recibido el alta hacía un año. Su madre, incluso, había escrito un libro en el que relataba su experiencia en el largo calvario por el que había pasado ella y su familia para conseguir que su hijo se recuperara.

El parricida, que ingresó en la prisión de Menorca el 7 de septiembre una vez recuperado de las puñaladas que se dio a sí mismo tras matar a su madre, dijo ante el juez que fue consciente de sus actos y los justificó porque su madre le impedía quitarse la vida.

G.G.B. fue trasladado a la cárcel de Mallorca en noviembre, mejor dotada para prevenir suicidios. El padre, que fue operado dos veces, ha completado su recuperación física y reanudado su actividad como empresario de óptica al igual que el hermano del joven acusado.

Asesinato u homicidio, la clave del caso

Demostrar en el juicio que fue un asesinato, como lo calificó el fiscal, o un homicidio sin alevosía, como con toda seguridad alegará el abogado será clave para el pronunciamiento del tribunal popular. En principio, si es condenado por asesinato la pena puede ser de quince a veinte años de cárcel, mientras que si es por homicidio estaría entre los diez y quince años. La familia ha contratado al abogado mahonés Carlos Salgado para que defienda al parricida.