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Después de una breve pausa en la ofensiva de los políticos catalanes contra el Tribunal Constitucional, en la larguísima espera de su sentencia definitiva sobre el Estatut, llega este miércoles una nueva andanada en forma de encuesta: la proporciona el diario La Vanguardia y señala que el 57 por 100 de los catalanes consultados rechazan que el TC juzgue el Estatut, por entender que este tribunal, sumo intérprete de la Constitución, no debería sentenciar una ley previamente sometida a referéndum. Lo cual equivale a decir que ese importante porcentaje de catalanes entiende que no hay otro intérprete de la Constitución que los propios ciudadanos de Cataluña, y que sólo ellos estarían capacitados para determinar los límites y las capacidades de un Estatuto, sin ninguna otra clase de supervisor...

MADRID, 19 (OTR/PRESS)

Después de una breve pausa en la ofensiva de los políticos catalanes contra el Tribunal Constitucional, en la larguísima espera de su sentencia definitiva sobre el Estatut, llega este miércoles una nueva andanada en forma de encuesta: la proporciona el diario La Vanguardia y señala que el 57 por 100 de los catalanes consultados rechazan que el TC juzgue el Estatut, por entender que este tribunal, sumo intérprete de la Constitución, no debería sentenciar una ley previamente sometida a referéndum. Lo cual equivale a decir que ese importante porcentaje de catalanes entiende que no hay otro intérprete de la Constitución que los propios ciudadanos de Cataluña, y que sólo ellos estarían capacitados para determinar los límites y las capacidades de un Estatuto, sin ninguna otra clase de supervisor...

Solamente un 34 por 100 de los consultados estaría legitimado, según los encuestados, para dictar sentencia sobre el Estatut, frente a un 48 que no lo cree legitimado. En la misma encuesta se ofrece otro destacado aspecto: los partidarios de la independencia de Cataluña aumentan hasta el 37 por 100. Pese a registrarse un aumento en la cuota de los independentistas, es evidente que alcanzan poco más de la tercera parte. Y eso, pese a los permanentes propósitos y actuaciones de una Esquerra Republicana muy activa y "con mando en plaza", con varios de sus dirigentes en puestos de relieve en la propia administración pública catalana, empezando por el Gobierno de la Generalitat.

En cuanto al Estatut, que sigue siendo la batalla central que se libra en esta historia, sigue la incertidumbre sobre lo que pudiera suceder en las siguientes votaciones a que se deberá someter la nueva ponencia, según las mejores fuentes más resistente que la anterior a aceptar los contenidos más discutibles del texto. En estos días, precisamente, es previsible que se reúna el pleno de los diez magistrados del TC para analizar el fallo preparado por el conservador y vicepresidente Guillermo Jiménez. También hay un dato de la encuesta sobre el particular: un 54 por 100 se inclina por desear una sentencia inmediata, frente a un 27 que preferiría que debiera esperarse a que se celebren previamente las elecciones autonómicas catalanas. Y, paralelamente, está por ver en qué modo los partidos catalanes llevan a las Cámaras legislativas del Estado el asunto y qué tramitación obtiene ese propósito que verosímilmente pudiera enfrentar a los socialistas catalanes con los restantes socialistas, y a Montilla con Zapatero, algo que parece que se trata de evitar posponiendo ese acontecimiento.

En la referida encuesta hay preguntas y respuestas que pudieran tener incidencia electoral. Por ejemplo, la que induce a achacar al PP de Rajoy el bloqueo del TC. Tampoco se libra demasiado de responsabilidades el presidente Zapatero, aunque a once puntos de distancia de los discrepantes. Pero pocos dudan de que el Estatut catalán pudiera seguir costando votos al PP, a menudo presentado por los restantes partidos como "el partido que procedió a presentar un recurso de inconstitucionalidad" contra el texto aprobado por los catalanes en referéndum...