La discoteca Sí de Maó da paso a un nuevo espacio de arte promovido por un famoso artista internacional

El presupuesto global de la actuación ronda los 650.000 euros y contempla cinco plantas, dos de ellas a nivel sótano en el edificio de la calle de Gràcia

Un cartel en la fachada da cuenta de la nueva vida que tendrá la discoteca Sí. | P. M.

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La eclosión de espacios dedicados al arte en Maó todavía no ha terminado. El próximo que se visulmbra ocupará la planta sótano de una casa de la calle de Gràcia en la que, durante muchos años, numerosos mahoneses dieron rienda suelta al baile y el ocio nocturno: la discoteca Sí. Cerrada desde hace ya un tiempo, la sala de baile dará paso a un espacio artístico, según reza la licencia de obras concedida hace un par de meses por el Ayuntamiento de Maó.

Promueve la reforma la sociedad Cosmic Studios Menorca SL, creada en 2022 y de la que aparece como administrador único el artista    estadounidense Rashid Jamil Johnson. Se da la circunstancia que Johnson expuso en 2022 en la galería Hauser & Wirth del puerto de Maó. Se trata de un destacado artista multidisplicinario, reconocido a nivel mundial, y que, para dar una idea de su nivfel, esta primera contará con una gran exposición en la galería principal del Solomon R. Guggenheim Museum de Manhattan, en Nueva York. Es considerado uno de los creadores más influentes de su generación, con apariciones también en el mundo del cine.

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Según la licencia concedida por el Ayuntamiento de Maó, la reforma comprende tanto la vivienda situada sobre la discoteca como la propia discoteca. El inmueble está situado en la calle de Gràcia. También contempla el cambio de uso de la sala de baile a estudio artístico. El presupuesto global de la actuación ronda los 650.000 euros y contempla cinco plantas, dos de ellas a nivel sótano. Cosmic Studios tiene otra importante reforma en marcha en la ciudad.

La discoteca Sí cerró hace diez años. En 2017 solicita la licencia para volver a abrir. En su momento la actividad de ocio nocturno alrededor de esta sala de bailes fue motivo de las protestas y denuncias por parte de los vecinos de la calle de Gràcia a causa de las molestias que ocasionaban sus clientes cuando accedían o salían del local. No en vano, la petición de licencia en 2017 provocó que algunos de estos presentaran alegaciones.

Ahora, las pistas y las barras de la sala de baile parecen tomar otro rumbo. Engrosan la lista de espacios emblemáticos que han pasado a ser galerías de arte como, por ejemplo, fue el caso del antiguo cine Victoria o las recuperadas construcciones de la Illa del Rei.