Imagen tomada ayer de parte del aerogenerador desarmado en 2022. | Katerina Pu

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El desmantelamiento del parque eólico de Milà se atasca. 15 meses después de que los viejos molinos quedasen inoperativos –el último mes de producción eléctrica fue noviembre de 2023– el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca todavía no ha sacado a concurso la adjudicación de los trabajos de desmontaje de los tres aerogeneradores en desuso y de retirada del cuarto, que sigue tirado en el suelo junto al Área de Gestión de Residuos desde que fuera desarmado de urgencia en diciembre del año 2022 ante el riesgo de que colapsara.

En junio del año pasado, justo cuando la instalación cumplía 20 años –los que marcaban el fin de su vida útil regulada– el Consell anunció en rueda de prensa que era urgente retirar los tres molinos que quedan en pie ante «el peligro de tener una instalación vieja y en desuso susceptible de romperse, tal como pasó con el molino ya desmontado». La previsión era que desaparecerían del paisaje mahonés antes de que terminara el año pasado. Sin embargo, por el momento no se han llegado a resolver los pliegos del concurso público para ejecutar los trabajos.

Los molinos presentan un avanzado estado de corrosión. | Katerina Pu
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En pleno debate sobre el impacto paisajístico de futuros aerogeneradores que se están proyectando a varios kilómetros de la costa, los tres viejos molinos de Milà, con sus 50 metros de altura a pocos metros del Parque Natural de s’Albufera des Grau, siguen en pie al albur de la potente corrosión salina de la zona. El problema al que se viene apuntando desde el Consorcio de Residuos para no poder sacar adelante con prontitud esta y otras gestiones apremiantes es la escasez de personal.

Ya fue ese el argumento que desde el ente dependiente del Consell conformado por todos los ayuntamientos dieron hace unos meses a la Sindicatura de Comptes de les Illes Balears cuando le afeó la falta de seguimiento de contratos tan importantes que tiene entre manos como el de la recogida de residuos puerta a puerta, por citar el más célebre. Ya hace tiempo que desde el ente han reclamado, por el momento sin éxito, un refuerzo de la plantilla que les permita ganar agilidad y capacidad de control ante las crecientes tareas que viene asumiendo.

Las labores de desmantelamiento del parque, junto al encargo de instalación y gestión de un anemómetro que permita evaluar la conveniencia de llevar a delante el proyecto de repotenciación que se anunció durante la pasada legislatura, tiene una partida de 820.000 euros en los presupuestos del Consell para 2025. Hay que tener en cuenta que aunque la instalación dejó de estar operativa desde noviembre de 2023 –y en consecuencia no genera ingresos por producción de energía– su mera existencia sí supone un considerable gasto, presupuestados en casi 100.000 euros anuales. Son menos de los 200.000 de déficit que el informe técnico que aconsejó su clausurar estimaba que arrojaría este año mantenerlo en funcionamiento.

El apunte

La medición del viento para decidir sobre su renovación, a la espera

El Consell insular anunció el pasado mes de junio que dejaba aparcada la llamada repotenciación del parque eólico de Milà –en un principio planteada con tres molinos el doble de altos que los actuales– porque antes de tomar una decisión había que conocer la potencialidad del viento a diversas alturas, una labor que no se había encontrado hecha en el pasado mandato y para la que hay que instalar un anemómetro que realice mediciones de la fuente eólica en la zona al menos durante un    año. Casi nueve meses después de que se anunciase el encargo todavía no se ha llegado a sacar a concurso, por lo que cabe esperar que ese stand by en que quedaba la decisión sobre la renovación del parque se termine alargando en el tiempo. El conseller de Medio Ambiente y máximo responsable del Consorcio de Residuos y Energía, Simon Gornés, ya había expresado sus dudas sobre la idoneidad del proyecto por su impacto visual y anunció que una vez se tuvieran todos los datos necesarios se abriría un debate al respecto en el seno del Consell Social de la Agencia Reserva de Biosfera en busca de consenso.