Sor Joana Moll Gonyalons.

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Al alcanzar la edad centenaria, en 2023, sor Joana Moll Gonyalons, hermana franciscana de las Hijas de la Misericordia, animó a los jóvenes menorquines a buscar y hallar la vocación religiosa «como hice, cuando era una muchacha, e iba cada domingo a Ca ses Monges de Ferreries y participaba en la lectura de textos que me ayudaron».

Esta religiosa ha fallecido a los 102 años, después de una vida de entrega a Jesús y la Iglesia, siempre desde la humildad y la prudencia. Había nacido el 5 de enero de 2023 en Ferreries. «Una población con una sensibilidad exquisita por todo lo que significa el servicio a los demás; una población solidaria, con espíritu misionero y una religiosidad profunda y coherente. Hija de Llorenç y Joana, creció en el seno de una familia religiosa, pero afectada por las consecuencias de la guerra civil», explican desde el Obispado de Menorca.

El testimonio y la educación recibida de sus padres la impulsaron a ingresar en la comunidad de Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia esablecida en Ferreries. Tras el noviciado, profesó en octubre de 1945. Cinco años después, en el ámbito asistencial, como auxiliar de clínica ejerció en Barcelona, Cruz Roja de Palma, la residencia geriátrica de Alaior y la Clínica Tugores de Sa Pobla, atendiendo con afecto, dedicación y respeto a numerosos enfermos en sus domicilios de Muro (Mallorca), Es Mercadal y Maó. Era su manera de servir y amar.

Sor Joana Moll Gonyalons era una mujer paciente, y al mismo tiempo con carácter y determinación, porque había concretado sus principios éticos y espirituales así como sus objetivos. Mujer buena, alegre, equilibrada, callada, durante los últimos años de su vida afrontó sus limitaciones con resignación y confianza. Inteligente y dotada con buena memoria, supo adaptarse a los cambios de la sociedad y el papel que desempeña la Iglesia católica.

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«Participaba en todas las iniciativas que le proponía la comunidad –subrayan desde el Obispado-, sabía dar consejos cuando se los pedían, y tenía la virtud de hacerte sentir bien cuando ibas a visitarla o te sentabas a su lado para conversar».

Dedicaba gran parte de su tiempo a la vida espiritual, con la plegaria, la lectura y también sabía escuchar y reflexionar con una espiritualidad profundamente mariana. Joana Moll Gonyalons siempre se interesó y formó parte activa de la congregación de las Franciscanas Hermanas de la Misericordia con una vocación plena y convencida, y una dedicación ejemplar.

Disfrutó de una larga trayectoria vital, en la que logró superar el siglo de existencia. Cumplió su centenario que esperaba con gran ilusión, y lo celebró con mucha alegría e ilusión, transformando aquel 5 de enero de 2023 en un día de acción de gracias. La fiesta que organizaron la comunidad de franciscanas de Ciutadella –que la amó y la cuidó como una madre se desvela por sus hijos- y su familia la llenaron de gozo y vida intensamente vivida.

El funeral por Joana Moll Gonyalons, ejemplo de religiosa que hizo el bien y sirvió sin pedir nada a cambio, se oficiará este lunes, a las 19 horas, en la parroquia de Sant Esteve de Ciutadella.