Antonio de Olives, veterinario: «Son nobles, pero el día que atacan no sueltan»

Sostiene que la educación que se le dé al perro «es lo más importante para su desarrollo»

Antonio de Olives, en su consulta.

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Antonio de Olives, veterinario de Alaior de larga trayectoria profesional, concluye respecto a los perros incluidos en esta catalogación potencialmente peligrosa que «en general, como razas estos canes son maravillosos, buenos y con un carácter tranquilo». Abunda el veterinario que incluso en Gran Bretaña, por ejemplo, los staffordshire se aconsejaban como perros de familia por su nobleza.
Ahora bien, las diferencias está cuando se muestran agresivos por cualquier circunstancia. «Son nobles, pero el día que atacan no sueltan, tienen tanta potencia en la mordedura que cuando cogen destrozan, de ahí que son un arma potencial en según qué casos» debido a las consecuencias que puede tener una mordida de estos animales.

Por todo ello, De Olives, también sostiene que la educación que se le dé al perro «es lo más importante para su desarrollo, pero repito que el 99,9 por ciento son maravillosos si están bien enseñados desde pequeños, como puede suceder con los de otras razas».

En su dilatada trayectoria el veterinario de Alaior no se ha topado con ningún problema en su consulta con este tipo de canes, o con algún caso de ataque peligroso «porque no son malos, en cambio hay otros que sí pueden serlo, por ejemplo un cocker rojizo contra el que hay que ponerse firmes, de hecho este color al parecer va ligado a que expongan una mayor agresividad», explica.
Cuando un perro que no tiene la catalogación de PPP, muerde, debería informarse al Registro del Colegio de Veterinarios para que sea censado como tal, lo que sin embargo, no siempre sucede, admite De Olives.

«Poner bozal les duele»

Carol Velázquez reside en un apartamento ajardinado en Cala en Blanes y tiene dos perros considerados potencialmente peligrosos, un mestizo de bulldog francés con stansfordshire y un pitbull americano terrier. Los adoptó en su día, hace 12 y un año, respectivamente, «porque son los más discriminados al estar catalogados como peligrosos, pero me gustan porque son muy amorosos, aparte de otras cualidades».

Relata que a uno de ellos, llamado Golfo, lo abandonó la dueña, y a la otra, Jannette, estuvo encerrada en Mallorca porque el dueño vendía cachorros, «fue denunciado y ella estuvo hasta que salió el juicio sin poder ser adoptada, entró embarazada, y sus cachorros crecieron dentro de la perrera hasta los dos años y medio… Son realmente víctimas», explica.

Asegura que «necesitan socializar pero muchas personas no quieren, les temen, los evitan y eso se lo impide, cuando son como cualquier otro perro y cualquiera puede morder sin estar catalogado como PPP dependiendo de la educación que haya tenido».

La convivencia en casa es tranquila, «incluso tengo tres gatas aunque los separo cuando me marcho a trabajar por seguridad, pero coexisten sin problemas y solo quieren jugar».

Respecto al uso obligatorio del bozal admite que es complicado «porque les molesta, se lo arrancan porque les duele y se lo toman como un castigo, entonces lo que hago es llevármelos al campo o a sitios más abiertos y solitarios», aunque no debería ser así, añade.

Respecto a la tramitación para tenerlos, «es muy protocolaria más que otra cosa porque no me hicieron nada; lo más importante es carecer de antecedentes penales».