Los jóvenes de 15 a 34 años representan hoy día el 23 por ciento de la población balear. | Josep Bagur Gomila

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¿Actualmente estás emancipado o emancipada? Esta es la pregunta directa que se formuló a los jóvenes encuestados en Balears y a la que un 47 por ciento respondió que sí, pero el informe distingue la emancipación subjetiva y la residencial, es decir, aquellos que ya no viven con sus padres ni dependen de ellos. Los que aseguran estar emancipados totalmente son el 34,3 por ciento; otro 53 por ciento asegura vivir con sus progenitores y un 12,7 por ciento de los encuestados afirma no vivir con sus padres por motivos de estudios, pero todavía depende de ellos económicamente. Estos resultados encajan con los de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas 2021 del Instituto Nacional de Estadística, que fijaba la emancipación en un 34,3 por ciento.

La necesidad de salir a estudiar eleva esa salida del hogar en las islas menores respecto a Mallorca, de hecho, en Menorca la encuesta indica una tasa de emancipación superior, del 49 por ciento, aunque eso no significa una independencia real de los progenitores.

Aun con todos estos matices, el resultado de la encuesta confirma que la mayoría de los jóvenes encuestados en todas las islas, ese 53 por ciento, vive aún con sus padres.

La edad es una variable que influye en la emancipación, que pasa del 9,3 por ciento en el grupo de 15 a 24 años y llega al 64,7 por ciento entre los 30 y 34 años.

Las personas jóvenes con nacionalidad española o que han nacido en España son las que más tardan en independizarse, acercándose a los 35 años. También existe una relación entre la emancipación y la movilidad, es decir, los jóvenes que han salido para cursar estudios reglados, formación superior en la universidad, programas de idiomas, de Eramus o de solidaridad europea suelen vivir antes en su propia casa.

La Encuesta también interrogó a los jóvenes de Balears sobre las razones que les impiden emanciparse antes, y la principal respuesta (40,1 por ciento) es que se debe a la falta de vivienda accesible económicamente; otro 28 por ciento afirmó que no tiene recursos económicos o trabajo y casi un 6 por ciento había estado emancipado y tuvo que regresar al hogar familiar. Por último, el 59,4 por ciento de la población joven emancipada ocupa viviendas de alquiler y comparte; una minoría, el 25,1 por ciento, es propietaria. Las personas jóvenes emancipadas en solitario ocupan a menudo viviendas cedidas por familiares.