Fotografía de grupo de los representantes políticos en la pasada edición de Fitur, en la que, como este año

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El Consell está haciendo gestiones para salir del paraguas promocional de Balears y acudir con un estand propio a la gran cita del calendario ferial nacional, la Feria Internacional de Turismo de Madrid, Fitur. Se trata de una vieja idea –en su día llegó a haber acuerdo de todas las fuerzas políticas en la institución insular– en la que la Fundació Foment del Turisme de Menorca está trabajando, aunque por el momento ha topado con la falta de espacio en el recinto ferial madrileño, que acumula lista de espera para nuevas zonas de exposición, y con el alto coste de la iniciativa, para cuya financiación se quiere conseguir la implicación del sector privado.

Por el momento la intención del Consell no ha logrado fructificar y Menorca volverá a exponerse en la edición que arranca mañana en un mostrador dentro del estand de la Agencia de Estrategia Turística de las Illes Balears (Aetib). Sin embargo, el objetivo de diferenciarse del resto de Balears con un estand propio siguiendo el camino que ya inició Eivissa hace años es firme e incluso se ha explorado –por el momento sin éxito– la posibilidad de que Menorca aproveche el estand que Alaior tiene en Fitur desde el año 2020 para hacerla realidad.

Los ayuntamientos gobernados por el PP confirmaban ayer que se están dando pasos hacia la emancipación del resto de Balears en la feria madrileña y daban su total apoyo a la iniciativa, destacando todos la conveniencia de que, como ocurre los casos de Eivissa y también de Alaior, al menos parte del precio de la iniciativa sea sufragado por el sector turístico. Se estima que el coste de un estand independiente podría llegar a rondar los 200.000 euros. Ese es el esfuerzo inversor que realiza Eivissa para acudir en solitario con un estand de 300 metros cuadrados, aunque representantes municipales consideraban    ayer que no haría falta llegar a los niveles de la pitiusa mayor.

Los ayuntamientos de Alaior, Sant Lluís, Es Mercadal, Ferreries y Es Migjorn explicitaron ayer su postura favorable a que Menorca dé el paso de exponerse en solitario en Fitur, no sin subrayar las dificultades que entraña poder cumplir con esa antigua reivindicación de la que el PP hizo bandera durante muchos años cuando estaba en la oposición en el Consell insular. Preocupa a los ayuntamientos con menos peso turístico y con menos posibilidades económicas el coste que puede suponer el previsible modelo de reparto de la financiación que se produciría.

Por su parte, los dos grandes ayuntamientos de Menorca, Ciutadella y Maó, ambos gobernados por la izquierda, eran los que se mostraban ayer menos entusiastas con la idea. Desde el Consistorio de Ponent aseguraban que en las reuniones de coordinación con la Fundació Foment del Turisme de Menorca no se les ha transmitido que el estand propio sea una decisión tomada ni un objetivo a corto plazo. Destacan, en voz de la concejal de Turismo, Esther Mascaró, que no se trata solo de tener espacio propio, sino de mantenerlo en el tiempo y llenarlo de contenido. En cualquier caso, sí aseguraban que si se vencieran las dificultades existentes y hubiera una propuesta firme por parte del Consell, apoyarían la iniciativa.

Gestión

La nota más discordante la dió el Ayuntamiento de Maó, que en boca de su alcalde, Héctor Pons, puso en cuestión el modelo de promoción de la Isla en ferias generalistas. «Nunca hemos estado en contra de un estand propio pero lo más importante ahora es definir qué objetivo tenemos en Fitur, ya ea con estand propio o con el de Balears». En ese sentido, el alcalde socialista subrayó que «nada apunta a que vaya a haber una crisis turística ni ahora ni en el medio plazo» y defendió que «el reto del turismo no es la promoción, sino la gestión».

Una vieja batalla del PP que desapareció del programa en las últimas elecciones

El estand propio de Menorca en las grandes ferias turísticas ha sido caballo de batalla del Partido Popular en el Consell insular durante años. Llegó a lograr que se aprobaran propuestas de acuerdo para comprometer al gobierno de izquierda y en las elecciones del año 2019, entonces con Misericordia Sugrañes como candidata, fue una de sus principales promesas en materia turística. Sin embargo, cuatro años después, con Adolfo Vilafranca como candidato popular, esta promesa ya no figuraba en el programa electoral. Por los visto desde el PP no han renunciado a este objetivo y avanzan en su consecución.